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EDITORIAL

Tregua en el PP

La imagen de unidad ofrecida por el PP este lunes es un activo a la hora de desarrollar una estrategia para derrotar al social-comunismo.

El curso político de 2022 ha dado inicio marcado por las elecciones de Castilla y León, la primera de las citas electorales que tendrán lugar a lo largo del mismo. La importancia de las autonómicas castellano-leonesas se puso de relieve este fin de semana, con la visita de Pedro Sánchez a la región para presentar al candidato socialista y los actos programados por el Partido Popular, con notoria presencia de dirigentes nacionales.

Castilla y León ha dado el pistoletazo de salida a un año electoral considerado decisivo para un Pablo Casado que quiere forjar ahora su pretendida victoria en las elecciones generales, que Sánchez podría adelantar en función de los vaivenes políticos de esta segunda mitad de legislatura.

Todas estas circunstancias hacen todavía más necesario que el principal partido de la oposición actúe con la unidad y lealtad que se espera de una formación que quiere ser la alternativa al sanchismo, dejando a un lado definitivamente las guerras intestinas y el juego sucio que el aparato de Génova ha practicado durante los últimos meses contra Isabel Díaz Ayuso.

Precisamente la presidenta madrileña protagonizó este lunes un desayuno informativo al que asistió el presidente de Castilla y León y candidato popular a las elecciones del próximo mes, Alfonso Fernández Mañueco. Junto a ellos estuvo también el secretario general de los populares, Teodoro García Egea. Aunque el morbo era evidente por los encontronazos de Génova con Ayuso, lo cierto es que el acto no pudo desarrollarse de mejor manera para los intereses del PP y sus votantes, que han asistido estupefactos durante meses a esa guerra suicida.

Fernández Mañueco aprovechó su intervención para ensalzar la labor de la presidenta madrileña, que "da la cara, no se esconde, habla claro, toma decisiones y es especialmente valiente". Sus palabras contrastan notablemente con lo que decía cuando Génova estaba en plena campaña contra ella. Entonces, Mañueco creía que la presidenta de Madrid tenía "un perfil muy marcado" que "no puede trasladarse al resto de España".

El cambio de actitud de Mañueco en presencia de la plana mayor de Génova demuestra que algo se está moviendo en el PP en la dirección correcta. Con el paso del tiempo veremos si estamos ante el cese definitivo de las escaramuzas miserables contra uno de los principales valores del PP o si se trata solo de una tregua con fecha de caducidad. En todo caso, es indudable que la imagen de unidad ofrecida por el PP este lunes es un activo a la hora de desarrollar una estrategia para derrotar al social-comunismo.

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