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EDITORIAL

La fiscalidad de las mascarillas retrata al PSOE y a Podemos

El PSOE, en comandita con Podemos, se ha negado a rebajar el tipo del IVA que soportan las mascarillas del 21 al 4%.

No ha hecho el MIR ni el doctorado, pero lo peor del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, no es su magro currículum académico, sino su clamorosa incompetencia a la hora de evitar que España se convirtiera en el país del mundo con mayor número de fallecidos por el covid-19 en términos proporcionales –y el país con más sanitarios contagiados– y su negativa a presentar su obligada dimisión.

Simón ha tenido momentos tan bochornosos como cuando aseguró que en España solo iba a haber "algún caso, como mucho" o cuando negó el riesgo de acudir a manifestaciones como las del 8-M. Sus declaraciones en torno al uso de las mascarillas también han sido una absoluta vergüenza. Así, y con tal de no dejar en evidencia al Gobierno funestamente imprevisor, primero dijo que no tenía "sentido" que los ciudadanos sanos las usaran. Posteriormente guardó silencio cuando la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, consideró una "especulación" aclarar a los españoles si debían o no utilizarlas. Finalmente, respaldó el empleo obligatorio de las mismas.

Incapaz de no ponerse en indignante evidencia, Simón se ha descolgado con unas manifestaciones surrealistas en las que ha tachado de "egoístas" a las mascarillas FFP2 y de "altruistas" a las quirúrgicas. Aun cuando ambas tengan características algo diferentes, hacer derivaciones morales del uso de una u otra resulta una absoluta memez. Más aun cuando lo verdaderamente denunciable en este asunto es que el PSOE, en comandita con Podemos, se ha negado a rebajar el tipo del IVA de estos bienes –no ya de primera necesidad, sino de uso forzoso– del 21 al 4%, tal y como ha propuesto Ciudadanos este martes en el Congreso, con el respaldo de todos a excepción de socialistas y comunistas.

Hay que tener una tremenda desfachatez para proclamar que se da prioridad a la sanidad y a la prevención y al tiempo cebar la voracidad recaudatoria del Fisco, lo que dificulta la adquisición de un producto tan esencial –y obligatorio– para combatir la pandemia. Está visto, sin embargo, que socialistas y comunistas ponen sus consignas ideológicas –que dan prioridad al elevado gasto público y a una gran presión fiscal– por encima de las necesidades tanto económicas como sanitarias de la ciudadanía. Pero, claro, de esto nada dice Simón, mientras tiene el descaro de hablar del "egoísmo" y del "altruismo" de los ciudadanos en función del tipo de mascarilla que usan.

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