El grotesco personaje que sojuzga Venezuela ha vuelto a tratar de mofarse de España en una de esas astracanadas televisadas que inflige a sus compatriotas, en la peor tradición de su patético predecesor, el espadón Hugo Chávez Frías, esa calamitosa afrenta a la dignidad del país sudamericano que sigue devastando Venezuela después de muerto.
"España España España, Rajoy Rajoy Rajoy, olé olé olé, Rajoy", payaseó el tirano, para acto seguido tender la mano al presidente del Gobierno y acto seguido amenazarlo: "Pronto nos vamos a ver, en la Cumbre América Latina-Europa, Rajoy. Espero no tener que llegar con las lanzas allá en Europa, porque vas a ser derrotado, vas a quedar aislado frente a Venezuela, frente a América Latina y el Caribe". Acto seguido, volvió a tenderle la mano.
¿Cómo ha reaccionado el Ministerio de Exteriores ante la enésima mamarrachada del sátrapa venezolano? Con estupefaciente algarabía. "Estamos más que encantados de recoger ese guante", ha dicho José Manuel García-Margallo, que asimismo ha anunciado la inmediata vuelta del embajador Pérez-Hernández a Caracas, de donde fue retirado luego de que Maduro afirmara que Rajoy "forma parte de un grupo de bandidos".
El payaso Maduro no tiene la menor gracia. Margallo, con su descalificable y amoral manejo de la política exterior, tampoco. Basta ya de bailar el agua al siniestro personaje que detenta el poder en Venezuela, que sólo puede reírse de nosotros si se lo consentimos. Hay que denunciar sin descanso y en todos los foros ese régimen hipercorrupto y liberticida, una auténtica plaga para los venezolanos… y para los ciudadanos y empresas españoles allí radicados. Y exigir que cumpla sus compromisos internacionales, empezando por el que debe traducirse en la extradición del sanguinario terrorista Iñaki de Juana Chaos.