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EDITORIAL

El PP se retrata maltratando a Ciudadanos

¿Por qué carga el PP contra Ciudadanos? ¿Porque Rivera y su gente están lanzando un mensaje de regeneración atractivo sin recurrir al discurso tóxico del populismo liberticida, valga la redundancia?

El Partido Popular ha decidido emprenderla contra Ciudadanos, la formación de Albert Rivera y de cada vez más votantes, según se desprende de las más recientes encuestas. No es la primera vez que los secuaces de Mariano Rajoy ponen en la diana al partido naranja, que debería haberles puesto rojos de vergüenza al defender en Cataluña lo que ellos ya no quieren defender, los derechos de quienes quieren estudiar en español, sin ir más lejos. Fue contra ellos contra los que sin vergüenza hizo campaña el PPC en las últimas elecciones autonómicas, no contra la sediciosa CiU, a la que se ofrece en cuanto le da la menor oportunidad, y cuando no también.

El grotesco Carlos Floriano hizo el otro día el ridículo al pretender rebajar a Ciudadanos a la condición de partido catalán. Lo es, sin complejos ni pedir perdón a nadie, a diferencia del vergonzoso PPC, que no quiere ponerse a la altura de sus potenciales votantes en el Principado. Probablemente tampoco pueda, con gente como Alicia Sánchez Camacho ahí, teledirigida, cuando no ninguneada, por un Mariano Rajoy más preocupado por dar oxígeno al desastroso y traicionero Gobierno autonómico catalán que por hacer valer la Constitución y el Estado de Derecho en Cataluña.

Ciudadanos surgió en Cataluña, sí. ¿Algún problema? Claro que sí: que surgió por la incompetencia, la incuria y la felonía de partidos como el PPC o el PSC. Un problema, pues, de éstos. Éstos, de hecho, son un problema para el catalán que quiere seguir siendo catalán y español. Y Ciudadanos se postula como una solución. Bien está.

Pero es que además Ciudadanos ha decidido redoblar su apuesta regeneradora en el resto de España, donde ya cuenta desde hace años con una implantación que quiere que deje de ser ya discreta. ¿Algún problema? No de Ciudadanos, ciertamente.

¿Por qué carga el PP contra Ciudadanos? ¿Porque Rivera y su gente están lanzando un mensaje de regeneración atractivo sin recurrir al discurso tóxico del populismo liberticida, valga la redundancia? ¿Porque no parecen necesitar acudir al miedo para suscitar adhesiones, incluso tienen la desfachatez de apostar por el, digamos, optimismo crítico? ¿Porque están tomando banderas que Rajoy y compañía han arriado o directamente pisoteado? ¿Porque la imagen de renovación que transmite un Moreno Bonilla, pongamos por caso, no aguanta un solo segundo de comparación con la del propio Rivera? Es bueno hacerse preguntas. Las respuestas a todas estas son harto esclarecedoras.

El PP, con su manera de tratar a Ciudadanos, se retrata. Para mal, por descontado.

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