Es evidente que, mientras el PP siga empecinado en votar en contra de la formación de cualquier Gobierno que no esté presidido por Mariano Rajoy, estamos abocados a dos únicos escenarios: o bien a un Gobierno de frente popular-separatista o bien a la convocatoria de unas nuevas elecciones generales. Y es que de nada serviría que Pedro Sánchez resistiera la tentación de llegar a un acuerdo con podemitas y separatistas si luego el PP suma sus fuerzas a estas formaciones antisistema contra un Gobierno constitucionalista pactado entre PSOE y Ciudadanos. Esta es, sin embargo, la determinación de Rajoy, que no está dispuesto, "de ninguna de las maneras", a favorecer un Gobierno PSOE/Ciudadanos ni siquiera con la abstención.
De momento, la pinza de PP y Podemos contra ese acuerdo entre socialistas y naranjas ya se ha puesto en marcha este miércoles, al pretender ambas formaciones que la sesión de investidura de Pedro Sanchez se adelante y se pueda votar en quince días. Ha hecho bien Patxi López al recordar a las formaciones que lideran Rajoy e Iglesias que el reglamento de la Cámara establece que es el presidente del Congreso quien convoca el pleno de investidura, y que él considera "razonable" el mes que Sánchez ha solicitado para poder cerrar acuerdos que le permitan obtener la confianza del Parlamento.
Sin duda es necesario que salir impasse que se ha abierto desde las últimas elecciones generales; pero resulta una hipocresía que meta prisa quien, como Rajoy, se ha pasado más de cuarenta días como el perro del hortelano, renunciando a la investidura pero no a la presidencia. Por otra parte, ¿tanta prisa tiene el PP en sumar sus votos a los de Podemos contra un Gobierno de PSOE y Ciudadanos? ¿O es que el PP tiene prisa para que Sánchez sea investido con el apoyo de separatistas y comunistas?
Como lo que Rajoy, en realidad, pretende es la convocatoria de unas nuevas elecciones, con la ilusa pretensión de ganarlas con mayoría suficiente, que no se escude en la cierta necesidad de salir cuanto antes del bloqueo para buscar, por el contrario, unos nuevos comicios, cuyos resultados, de poder desbloquear la actual situación, no podrían traer la formación de ningún Gobierno antes de seis meses.
Nadie sabe en qué acabarán las negociaciones de Pedro Sánchez, que parece estar acercando posiciones con Ciudadanos. Pero en caso de que el PP votara junto a separatistas y podemitas contra la formación de un Gobierno constitucionalista presidido por el PSOE y respaldado por Ciudadanos asistiríamos a un espectáculo igual de bochornoso si se produjera dentro de quince días o dentro de un mes.