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¿Acabará el desintegrador Podemos desintegrándose por su cercanía al separatismo?

Iglesias trata de romper España por Cataluña mientras se postula como próximo presidente de la nación a la que tanto desprecia. Es una de esas contradicciones que cabalga el comunista a sueldo de los ayatolás iraníes.

El partido del comunista Pablo Iglesias opera en Cataluña bajo una denominación, En Comú Podem, que engloba a distintas fuerzas ultras, entre las que se cuenta Barcelona en Comú, comandada por la alcaldesa de Barcelona, Inmaculada Colau. Tanto Iglesias como Colau y sus formaciones políticas sirven gustosamente al nacionalismo catalán, en estos momentos nominalmente comandado por el supremacista Quim Torra, y no pierden la menor oportunidad de afrentar a España, como quedó de manifiesto en aquella repugnante ocasión en que una de las diputadas podemosas en la Cámara regional catalana retiró indignada las enseñas nacionales que habían dejado en unos escaños los representantes de PP y Cs.

El propio Iglesias no oculta su empática cercanía al separatismo golpista, al que sirve gustosamente en sus cambalaches con Pedro Sánchez para prolongar la estancia en la Moncloa del doctor menos prestigioso del país. Pero semejante entrega a quienes quieren dinamitar el orden constitucional tiene un coste que Podemos ya está comenzando a pagar. No es casual que los principales problemas de la formación bolivariana estén en aquellas regiones con fuerte presencia de fuerzas separatistas.

En Cataluña, la portavoz del grupo podemoso en la Cámara autonómica, Elisenda Alemany, ha dimitido de su cargo denunciando presiones intolerables del aparato. Y es que la fractura social que Iglesias alimenta en Cataluña y en el resto de la sociedad española está afectando también, y de qué manera, a sus propias filas. La liberticida Alemany es separatista y cuenta con el apoyo de un importante sector de la coalición ultra para que los bolivarianos en Cataluña se proclamen abiertamente separatistas. Puestos a trabajar con los golpistas, cree la facción de Alemany, mejor hacerlo bien a las claras y con la debida convicción.

Iglesias trata de romper España por Cataluña mientras se postula como próximo presidente de la nación a la que tanto desprecia. Es una de esas contradicciones que cabalgael comunista a sueldo de los ayatolás iraníes, y que poco a poco van desnudando su proyecto totalitario, basado fundamentalmente en la destrucción de España y su Estado de Derecho. Ojalá se le venga abajo el tinglado y su partido enemigo de las libertades acabe donde debía estar ya su ideología, en el basurero de la Historia.

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