Se ha celebrado en la Isla de Kos una reunión de la Sociedad Internacional de Enzimología para homenajear a sus fundadores.
Fue muy interesante la conferencia de la Dra. Litsa Talieri, eminente oncóloga de la Universidad de Atenas, sobre la vida de Hipócrates, médico nacido 460 años antes de Jesucristo que daba sus clases a la sombra de un árbol –que todavía existe y es de visita obligatoria– y que introdujo una serie de cuestiones que podemos considerar de actualidad.
Así, puso en conocimiento de todos que las enfermedades no las transmitían los dioses sino la propia naturaleza humana y el ambiente, y por tanto su curación no dependía de ningún dios. En segundo lugar, dio mucha importancia a la dieta –no consumir alimentos con exageración sino con prudencia, aconsejaba– y a la higiene corporal. Además, en su célebre juramento, que estudiamos los médicos en Deontología Médica, se comprometió a atender también a aquellas personas que no dispusieran de dinero, a no proporcionar medicinas mortales a nadie –aunque se lo pidieran–, a no dar ningún abortivo a una mujer embarazada –al revés, trataría de que siguiera su embarazo–… Qué ejemplo para el siglo XXI que vivimos, que un médico hace más de 2014 años ya protegiera a una mujer embarazada, y ahora se están dictando leyes para no permitir que venga al mundo un ser humano, esto demuestra la locura de los humanos en un tiempo en que los avances de la medicina hacen posible otras vías que no sean asesinar a un indefenso que se está desarrollando en el seno materno. Yo siempre he dicho que la palabra madre está siempre en boca de todos, tengamos la edad que tengamos; ante cualquier acto que nos afecte, siempre decimos: "Madre mía".
Hipócrates es el padre de la medicina, y sus consejos siempre debemos tenerlos en cuenta los médicos. Y yo aconsejaría que todos leyeran el Juramento Hipocrático, que tiene muchas enseñanzas.