El cáncer de próstata es uno de los tumores más frecuentes en los hombres de más de 50 años. En el reciente Día mundial del Cáncer de Próstata se recomendaba la realización de una determinación del antígeno prostático (PSA) y un tacto rectal para poder diagnosticar esta enfermedad. Si a las mujeres se las recomienda una mamografía anual, a los hombres debemos aconsejarles la realización de las pruebas enunciadas anteriormente.
En los EEUU todos los años mueren por este proceso más de 27.000 hombres, a pesar del llamamiento que hacen las autoridades sanitarias.
El origen no lo sabemos; sí sabemos que una mutación de las células prostáticas hace que estas se multipliquen sin ningún control y originen el tumor. Estas células, además, salen fuera de la glándula prostática y se instalan en diversas partes del organismo, principalmente en los huesos, produciendo metástasis.
Cuando al hacer las pruebas del PSA y el tacto rectal sospechamos que la próstata no esta bien, debemos hacer una biopsia y estudiar las células, que nos van a decir si estamos ante un tumor prostático. Debemos convencer al paciente de que, diagnosticado a tiempo, se dispone de los medios para evitar que el tumor resulte letal. El tratamiento puede ser, bien quirúrgico, bien de radioterapia, bien de quimioterapia; incluso una combinación de estas últimas.
Uno de los tratamientos de quimioterapia trata de disminuir los niveles de hormona masculina (testosterona). La producción de esta hormona hace que aumente la proliferación de células prostáticas tumorales.
En estos momentos se está ensayando un nuevo fármaco de segunda generación de bloqueo hormonal androgénico. Está dando buenos resultados, y urólogos están muy contentos.
Sea como fuere, tenemos que seguir insistiendo en que se estudie todos los años al paciente, ya que el tumor no desaparece y debemos evitar su crecimiento.