Antes de empezar con mi análisis de lo sucedido ayer en el Ciudad de Valencia quiero mandar un mensaje de ánimo a las aficiones de los 20 equipos de Primera División, a las 22 de Segunda y también a las del resto de divisiones que están por debajo de ambas. Primero, ánimo. Y segundo, gracias. Gracias de corazón por seguir aguantando día a día, consumiendo fútbol, pagando un dineral por ir a los estadios o por ver los partidos en casa y como no, también por seguirnos a nosotros los periodistas que hablamos de este deporte que ya no es fútbol, pero que se supone que aún lo sigue siendo. ¡Gracias y ánimo! Además, como es lo que les gusta a ellos y a sus palmeros añado un mensaje para los árbitros: sois los mejores, nunca os equivocáis, interpretáis mejor que Robert De Niro en El Padrino Parte II y el mundo, no solo el del fútbol sino toda la humanidad en general, os debe gratitud eterna porque sin vosotros quizás y sin exagerar no habría oxígeno en el planeta. Sois preciosos. Os queremos. ¡Árbitros, forever!
Ahora sí, vamos con lo que pasó ayer. Lo divido en dos partes: arbitrajes y necesidad imperiosa del Atlético de reflexionar y espabilar. Voy a empezar con lo segundo, porque sinceramente me parece aún más importante que lo primero pese al problema real que tenemos en este país con los ‘Men in Black’ de Hacendado que imparten justicia. El Atlético necesita de forma urgente un cartel en la puerta del vestuario o en las paredes del mismo que ponga lo siguiente: "Andando y jugando a rachas somos mediocres". Ojo, he suavizado el mensaje, porque este debería ser más contundente y con palabras más fuertes. ¿A qué se dedica el conjunto rojiblanco en algunas fases de los partidos? ¿Por qué de un total de 13 partidos en lo que va de temporada solo han ganado un duelo con tranquilidad? ¿Por qué no juegan de forma consistente durante un mínimo de 60 o 70 minutos de los 90? ¿Por qué ayer se pone 0-1 ante un Levante hundido moralmente y repleto de bajas y después se pone a jugar a la velocidad de un equipo que gana 0-5? Parezco Mourinho, pero en serio, ¿por qué?
Repaso los partidos del Atlético de este año y sigo sin dar crédito. 10 ligueros y tres de Champions. En Liga ganaron 2-0 al Barcelona en 45 minutos y el resto ha sido un páramo de fútbol a rachas que sirvió para ganar pidiendo la hora en Vigo, 1-0 y gracias ante el Elche, de milagro y en el descuento ante Espanyol y Getafe y el resto, empates. Inoperantes ante el Athletic (0-0), regalando goles a Villarreal y Real Sociedad en sendos empates a dos y ayer ante el Levante, gol y otra vez desconexión. En Champions, más de lo mismo. Sin fútbol ni gol ante el Oporto, tirando de épica y con roja rival de por medio para ganar al Milan y dos goles regalados al Liverpool por salir al campo a verlas venir. Que sí, que los árbitros son muy malos y ahora hablaré de ellos, pero Atleti, espabila, que de 13 partidos has ganado uno con facilidad. 1 de 13 Simeone. Cholo, en serio, 1 de 13.
Insisto en esto porque me preocupa que el Atlético instale en su programación básica esa falsa sensación de ir ganando 0-5 cuando está empatando o venciendo por la mínima. En Valencia ni siquiera es que diese un paso atrás y acabase jugando en bloque bajo pegado a Oblak, es que directamente se puso a tontear con el rival y con el marcador estando en campo contrario. En vez de seguir acelerando con 0-1 decidieron marear el balón de lado a lado sin ser verticales y esperando a que el gol cayese por sí solo. Un toquecito, balón horizontal, te meto un taconcito aquí para dejársela al compañero, Herrera la duerme y la pasa al otro lado, me doy la vuelta con calma y se la doy al compañero a ver qué hace él... y mientras el Levante mordiendo con Morales dando un máster de orgullo e intensidad. Así llegó el penalti tonto de Suárez y la desaparición autoimpuesta, una vez más, por el propio Atlético. Lo diré un y cien veces más: mal harían Simeone y sus jugadores en señalar solo a al enemigo que viene de fuera y no a los problemas que están dentro del propio equipo. Eso y De Paul titular.
Ahora bien, dicho todo eso del juego del Atlético, que volvió a decepcionar para sumar 12 partidos desesperantes de 13 jugados, vamos con los árbitros. A ver si alguien me puede explicar por qué el Atlético es el equipo que menos faltas hace y a su vez ocupa la primera plaza de equipos con amarillas junto al Getafe. A ver si alguien me puede explicar también por qué ayer aniquilan las piernas y los tobillos de Joao Félix y el tanteo finaliza con una amarilla para el Levante y siete para el Atlético. Y a ver si alguien remata el carrusel de explicaciones para dejarme claro por qué un balón que iba a acabar en la banda o incluso quizás en la Tierra Media, concretamente en Mordor, acaba siendo penalti cuando la pelota además golpea antes en el pecho de Lodi y va rebotada. ¿Saben qué? Que nadie me lo explique. Si da igual. Ya buscarán razones para argumentar que el colegiado lo hizo bien y que aquí no ha pasado nada. Mientras eso pasa y se permite, el fútbol aburre, desespera y se muere. Hasta Juan Cala, jugador del Cádiz, al que ni le va ni le viene lo que pasó en Valencia se quejó en redes sociales. Días antes lo hizo Borja Iglesias del Betis. La gente de fútbol está preocupada y asustada. Cada día más. Y no me extraña porque, sinceramente, nuestro deporte rey está en peligro de extinción.
En resumen. que al Atlético no le queda otra que dar la vuelta a todo esto ante el Betis el domingo y lo debe hacer rezando para que lo incontrolable no vuelva a destrozar este deporte y lo más importante, instalando en su programación básica que después del 0-1 o del 1-0 se acelera para buscar el 2-0 o el 0-2. No me cabe ninguna duda de que esta plantilla y este entrenador darán la vuelta a la situación. Eso sí, cartel ya en el vestuario: "Andando..."