Aún está por ver si el Atlético de Madrid podrá aguantar la presión de sus rivales y llevarse la Liga 2020-2021, pero está claro que el conjunto de Simeone tiene dos piezas que son innegociables si un equipo quiere tocar metal a final de curso. No hay campeones que no tengan un gran portero y un gran delantero, es decir, uno que para siempre y otro que mete todo en la cazuela. Es el alfa y el omega del fútbol. Defender y atacar. Parar y marcar. Oblak y Luis Suárez. Perdón, San Jan Oblak y San Luis Suárez. Y los dos juegan en el Atlético de Simeone. “Ya, pero si no es por ellos...". Que sí, pero mi abuela al no tener ruedas no es una bicicleta. Están. Existen. Fueron fichados por el Atlético. Punto final.
Ante el Alavés, el día lo salvaron Oblak y Suárez. Es evidente. Este Atlético de Madrid está agotado física y mentalmente y necesita el parón como el tenista que ha jugado un punto larguísimo y apura los 25 segundos del reloj de saque para coger aliento en cada juego. Simeone lleva mirando el calendario varias semanas buscando un cambio de chip y ahora lo tiene sobre la mesa. El equipo está cansado de exámenes semanales en los que nunca han pasado del aprobado. Los rojiblancos no han ganado un partido con claridad en todo 2021 mientras que Barcelona y Real Madrid han tenido encuentros de chándal y paseo al aire libre. Ojo, se ganaron dichos paseos en la mayoría de las ocasiones.
El parón es, a priori, una bendita pausa para el Atlético y en mi opinión ayudará más en lo mental que en lo físico. Si de cabeza estás mal, las piernas te pesan, sin embargo, si vas ganando todo, apenas notas el cansancio. Solo hay que ver al Barcelona, equipo que ha jugado prórrogas en Copa y Supercopa y que parece imparable e inagotable pese a ello. ¿Son máquinas? No. Simplemente están eufóricos. El Atlético, todo lo contrario. Brote de covid, lesiones, malos partidos, dudas, fallos de Simeone, eliminaciones en Champions y Copa... los rojiblancos llevan 3 meses aguantando golpes y pese a perder gran parte de su ventaja ahí siguen. Repito, ahí siguen. ¿Por qué lo repito? Porque llevan 2 meses diciendo que el líder ya está KO y sigue siendo líder. A duras penas, sí, pero en lo más alto. El Barcelona ha sumado 48 puntos de 54 y aún sigue a cuatro del Atlético. Ya veremos a final de temporada quién se lamenta de no haber aprovechado sus rachas.
Ayer todo hacía indicar que los colchoneros iban a volver a pinchar en hueso. El partido fue horrible y solo Lemar parecía estar cómodo en un choque plagado de polémicas y de ofuscación local. Koke, de nuevo, muy solo en el centro, hecho que evita que se controle la medular y que el capitán pueda crear cerca del área. Carrasco, Llorente y Correa lo intentaban sin premio. Suárez buscaba balones y no le llegaban. En resumen, desesperante dentro y fuera del césped. Y mientras, el colegiado poniendo de su parte para ofuscar aún más un partido que tenía poco fútbol. Este nuevo deporte, que ya no es fútbol, penaliza como falta que un central como Giménez le saque un metro en el salto a su rival. En el nuevo fútbol, eso es falta y como sancionó eso, el claro penalti por mano del Alavés se marchó al limbo. Eso sí, si luego Savic intenta proteger la pelota y sin querer le da con el codo en la cara al delantero, penalti. ¿Quieren más? Lo hay. Invasión del área en el penalti y nadie manda repetirlo. Es que son malos, pero que muy malos.
Por suerte para el Atlético, la sociedad Trippier-Luis Suárez generó el 1-0 final y Oblak voló en el penalti del Alavés para amarrar los tres puntos. Los “y si" valen de poco porque la victoria fue rojiblanca y ya no hay marcha atrás. Ahora llega el bendito parón. La Conmebol no tendrá partidos en liza por lo que Luis Suárez, Giménez o Torreira se quedarán en Madrid. También lo harán los Saúl, que lo necesita, Hermoso, Dembélé o Correa. Los que se quedan descansarán y los que se marchan, no todos titulares claros con sus selecciones, jugarán cada partido sin pensar que es un examen. Se liberarán. Cambio de ritmo y cambio de chip para Atlético, Barcelona y Real Madrid. A ver a quién le sienta mejor porque el asalto final será al mejor de diez partidos.