No es casualidad que el mejor del partido ante el Oporto fuera Kondogbia. ¿Qué tiene él que no tienen los demás jugadores del Atlético de Madrid a día de hoy? Una pretemporada a sus espaldas. Tan sencillo como eso. No sirve de excusa, porque la temporada y los objetivos a cumplir de un club grande no entienden de Eurocopas, Copas Américas o vacaciones pegadas a los inicios de temporada, pero es evidente que a los jugadores más importantes del Atlético les pesan las piernas.
Hace varias semanas, antes del parón por selecciones, recuerdo hablar con varios compañeros del Atlético de Madrid y todos llegamos a un común denominador: si Koke y Marcos Llorente, brújula y pulmón del equipo respectivamente, parecen cansados, ojo que será un inicio difícil. Y así está siendo el inicio de curso para el cuadro de Simeone. Más allá de tácticas, esquemas, Griezmanns, Griezmonns y cía, el Atlético muestra algunos síntomas que hacen ver que la mayoría de sus pesos pesados están aún de pretemporada en plena temporada. Savic, en la grada ayer, fallando pases fáciles y perdiendo duelos ante Espanyol y Villarreal. Llorente cogiendo más aire de lo habitual. Koke llegando un segundo después en anticipación y pase. Suárez espeso en definición. Trippier inestable a la hora de entrar al once. Correa, irregular tras su buen inicio. De Paul sin ritmo. Todos ellos están mal y curiosamente a los que mejor se está viendo es a los que han hecho pretemporada.
Repito, no sirve de excusa nada de lo dicho anteriormente. Decenas de equipos darían lo que fuera por tener una pretemporada atípica y luego contar con un equipazo como el que tiene Simeone a sus órdenes. Eso está claro, sin embargo, para analizar realmente lo que ocurre con el Atlético hay que poner todas las cartas sobre la mesa. Ya en las primeras partes se ve. Es cierto que los rojiblancos ya tiraban primeras mitades tiempo atrás, pero al menos tenía ciertos aluviones de ataque aunque estos fueran de 10 minutos. Ante el Espanyol, nada. Frente al Oporto, otra vez nada. En su día ante el Elche, ídem. Están midiendo fuerzas. Se ve en cada movimiento. Se aprecia en cada duelo. Incluso se intuye en cada gesto desde el banquillo y desde el campo. El Atlético está encendiendo un motor espectacular que ha pasado demasiado tiempo frío en el garaje.
Lógicamente a Koke no se le ha olvidado pasar y dirigir al equipo. Luis Suárez, tampoco sufre amnesia rematadora. Y a Llorente le siguen sobrando pulmones para dar oxígeno a planetas que no lo tienen. Todo eso sigue estando ahí y aparecerá cuando la orden de la cabeza la puedan seguir las piernas, algo que, de momento, no ocurre. Lo más positivo para el Atlético es que están sacando muchos partidos aunque sea tirando de orgullo y calidad. En Liga son 10 puntos de 12. En Champions un empate inicial que sabe a poco. Todos estos resultados son mejorables, sobre todo en el grupo de la muerte europeo, pero mientras el barco coge velocidad de crucero lo mejor es ir esquivando icebergs. Por centímetros, sí, pero esquivados.
Dicho esto y volviendo al partido de ayer, mucho se fala de las manos portuguesas y poco se fala de los pies de los dragones de Oporto. "Si llegan a dar el gol por válido..." Bueno y si llegan a mirar bien algunas entradas lo mismo en vez de atacar con 10 de campo estabas atacando con ocho. Solo hay que ver 3 fotografías que están recorriendo las redes sociales y que muestran lo cerca que estuvo algún jugador del Atlético de salir en camilla. Pepe y compañía repartieron de lo lindo. Por cierto, una curiosidad. ¿Cómo puede ser que los centrales más contundentes del fútbol aprieten los dientes como espartanos enfurecidos en la película 300, pero después cuando a ellos les tocan un poco gritan lo más grande y dan vueltas de campanas como si les hubiesen disparado? Cuando rascan hueso, ellos gritan "au au au" y le dicen al rival que se levante aunque le asome la tibia. Cuando les dan a ellos gritan "ay ay ay" y poco les falta para interponer una denuncia por agresión. No hace falta que respondan a mi pregunta porque tendrían que hacerlo también a la de por qué hay tanto gemelo en ascensor en los minutos finales de los partidos. En fin... que luego la culpa es del descuento y no del tiempo perdido.
En resumen, partido nuevamente muy espeso para el Atlético que tendrá que seguir calentando el motor para evitar sustos. Sin excusas, por favor, que anoche no hacía calor como se dijo que hacía en Barcelona. Como diría Luis Aragonés, el que esté cansado levanta la mano y sale un compañero porque la temporada, cuando empieza, juzga a todos por igual.