Antes de desarrollar el porqué del titular de esta columna voy a analizar lo que para mí fue el partido de ayer entre Atlético y Levante. Lo voy a hacer antes de nada porque creo que el lector que pierde su tiempo leyendo estas líneas merece algo de trabajo analítico y futbolístico, es decir, merece algo de esfuerzo por parte del periodista en cuestión. Para obras de teatro con personajes de comedia, créanme, hay otras ventanillas.
La derrota del Atlético frente al Levante, en mi opinión, tiene cuatro patas y todas ellas destrozaron por igual al equipo de Simeone. En primer lugar estuvo la siesta de 16:15 a 17:00 horas que varios jugadores rojiblancos se echaron en el Metropolitano. El Levante de Paco López tuvo 10 jugadores de campo despiertos y el Atlético contó más o menos con ocho. Un líder no se puede permitir jugadores al trote porque los necesita siempre al galope. ¿Cansancio por tantos partidos jugados? No es excusa, porque el Levante, que ayer jugó con el plan B, también juega Copa y ayer volaban.
Además, jugadores como Kondogbia o Joao Félix no tienen ni de broma el mismo cansancio acumulado en las piernas que el resto de sus compañeros. Uno se confió en el 0-1 y el otro decidió aumentar el ritmo cuando a él le dio la gana, no cuando el equipo lo necesitaba. Galope Joao, galope. Haaland o Mbappé lo hacen y de momento te sacan 10 cuerpos de ventaja. Andando saldrás en vídeos de Youtube. Corriendo durante 90 minutos aparecerás levantando títulos.
En segundo lugar, más allá de la intensidad de unos y otros, el Atlético volvió a caer en la trampa de jugar ante una defensa de 5. Siempre que le plantan tres centrales, el equipo del Cholo se golpea una y otra vez contra la misma pared. Ayer le volvió a pasar. Por otro lado Simeone se equivocó de nuevo perdiendo a Marcos Llorente en el lateral. Que juegue el que sea ahí, pero Llorente tiene que estar arriba o pierdes dos cosas, un atacante de lujo y el miedo rival a que el rubio de oro les pase por encima. Sin la verticalidad de Joao, Marcos se convierte en la mejor arma ofensiva para romper líneas y si no tiene libertad desaparece su efecto. Si hay que poner a un canterano como Ricard, adelante Cholo, ponlo, porque Marcos sí que te va a ir siempre a galope y eso no lo puedes perder.
Intensidad, la defensa de cinco, Marcos Llorente y por último la falta de pegada, algo que también está relacionado con la actuación del colegiado Melero López. Vaya por delante que excusarse en el arbitraje para hablar de los puntos perdidos ante Celta y Levante le haría un flaco favor al líder, sin embargo, obviar la realidad de lo que pasó este sábado sería ocultar la la misma. Conspiraciones, ninguna. Pésimo nivel arbitraje en este país, todo el del mundo. Melero López se tragó un claro penalti a Oblak en el último córner del partido y también anuló sin motivo el empate de Correa tras una falta que solo él vio. El VAR no la vio, seguro, pero no le dijo nada porque, como siempre dicen, “la interpretación" manda. Lo digo siempre, la interpretación está dando más al comité arbitral que dinero a los actores y actrices de verdad que viven de ella. ¿El Atlético no marcó las que tuvo? Correcto. ¿Marcó una y se la quitaron? Igual de correcto. Se dice y no pasa nada. Sin conspiraciones, ok, pero sin ocultar la realidad.
Ahora sí, después de todo lo analizado explico el titular. El otro día comentaba en ‘Fútbol es Radio’ que los periodistas profesionales que cobramos por lo que hacemos tenemos que subir el nivel. Lanzar sentencias, para luego ir corrigiendo las mismas una y otra vez durante un año entero con el escudo del famoso “es que en ese momento era así" nos resta credibilidad. Alrededor del Atlético también pasa esto. Los negacionistas de la Liga, un poco a lo Miguel Bosé, se dedicaron durante semanas a lanzar mensajes sobre una liga acabada igual que el año pasado, por ejemplo, le dieron al Liverpool un 80% de probabilidades de pasar de ronda en Champions. Risas incluidas y televisadas dieron como eliminado al Atlético para luego con cara de ‘perro pachón’ pasar a llamar al Atlético “favorito a la Champions". Boom. Así, sin cortarse. Eliminados seguro, favoritos, eliminados, favoritos, no hay liga, sí la hay, no hay liga, sí la hay, Zidane bueno, Zidane malo, Simeone bueno, Simeone malo, equipos muertos, equipos revividos... así hace periodismo cualquiera.
¿Se imaginan a un experto en cualquier otra materia haciendo sentencias cada año, equivocándose y luego rectificando una y otra vez? Con el coronavirus pasa y hay algunos que eso lo ven muy mal mientras ellos mismos lo practican en su profesión. ¿Y si dejamos de sentenciar? Esto pasa en el periodismo deportivo y por esa y otras razones llegan los youtubers y nos pasan merecidamente por la derecha. Hay que dar algo más a la gente. La Liga siempre estuvo viva. Es mentira que estaba finiquitada. Y la sensación es que gente ya con canas sigue jugando al contragafe como si de niños pequeños se tratase. Luego piden perdón, carita de buenos y a correr. Lo siento, pero nos pagan para algo más. ¿Se acuerdan de Miguel Bosé con su discurso negacionista? Luego pidió perdón, matizó y aquí no ha pasado nada. Pues eso, que hay demasiados Miguel Bosé en este país.