Hace unos años, el exjugador portugués Maniche tuvo el atrevimiento de decirle a los seguidores del Atlético de Madrid que si querían espectáculo debían ir "a la Gran Vía", no al Vicente Calderón. El problema de esa frase es que, aparte de ser una falta de respeto hacia la afición, no tenía ningún paraguas que protegiese de la lluvia de críticas al futbolista luso. Solo ganando 9 partidos de cada 10 puedes plantearte decirle algo así a los tuyos, pero sin estadísticas que te protejan, lo mejor es callarse y agachar la cabeza.
Luis Suárez, si él quisiera, podría hacerse un 'Maniche' con los críticos que analizan su forma de correr e incluso su lenguaje corporal durante los partidos. Se ha llegado a decir que no tiene nivel para jugar en Primera División, pero este argumento se cae por su propio peso porque ningún exfutbolista podría estar en el podio de la clasificación del Pichichi si no tuviese todavía muchísimo que ofrecer al más alto nivel.
Suárez no es físicamente el delantero que arrollaba defensas en Liverpool y Barcelona, eso está claro, y por momentos puede llegar a asustar a los seguidores del Atlético de Madrid cuando estos regresen al Wanda Metropolitano. Lo he comentado muchas veces a modo de advertencia y por tener el privilegio de ir como periodista al ahora silencioso estadio colchonero. Si te fijas en Lucho en el campo puedes ver que por momentos le falta fondo, que le cuesta mucho superar en velocidad a los rivales y que también corre de una manera que dista mucho de los vídeos a cámara lenta que se pueden ver en Youtube de deportistas virtuosos como Roger Federer o Zinedine Zidane. Pero, ¿quieren goles o virtuosismo? ¿Quieren velocidad o definición? ¿Quieren personalidad o pasotismo?
No sé ustedes, pero Simeone quiere goles, definición y personalidad y de momento con todo eso es líder, su delantero centro lleva siete goles y ayer frente al Elche logró tres puntos de oro gracias a un fichaje que llegó casi a coste cero. Dos goles en 74 minutos y puesto consolidado en el podio del trofeo Pichichi, solo por debajo de Gerard Moreno. Iago Aspas y Oyarzabal también suman siete goles como el uruguayo aunque en favor del charrúa juega que no ha marcado ningún gol de penalti, algo que sí hacen los jugadores de Real (5), Celta (2) y Villarreal (4).
Los tangibles de Suárez son los goles, que se le siguen cayendo de los bolsillos, pero los intangibles también le dan la razón al ex del Barcelona. Contexto: 2-0 ante el Elche. Suárez acaba la jugada, pero lo mejor de todo es que es él mismo el que genera todos los espacios de la misma. Si pueden ver la jugada entera se ve a Luis saliéndose de la acción para quedarse descolgado en la parte derecha. El '9' sigue la jugada, que pasa de Joao Félix a Llorente, después a Lemar y por último a Carrasco. Es ahí cuando Lucho entra y sale varias veces del fuera de juego para que Yannick tenga opciones de pase. Justo en el último momento inicia la diagonal y acaba tirándose al suelo para marcar el 2-0. Gol de killer, gol de nueve, gol de líder de Primera División. Si es para luchar por ligas, dadme más delanteros 'jubilados', por favor.
Así es cómo el Atlético ganó al Elche, con la definición de Luis Suárez para abrir un partido trampa. Los ilicitanos probaron la paciencia y la contundencia de los locales y además realizaron un buen partido en general pese al 3-1 definitivo. Un resultado, por cierto, condicionado al final por un penaltito casi regalado sobre Diego Costa. El jugador de Lagarto le puso el lazo y volvió a los terrenos de juego con gol. Desde el primer partido liguero no marcaban lal mismo tiempo los dos arietes del Atlético de Madrid. El único 'pero' del encuentro fue el golpe de Joao Félix, que tras un mal partido en el que Lemar tuvo que hacer su trabajo, acabó lesionado por un fuerte traumatismo. Por suerte no parece grave y el 'menino' podría llegar a San Sebastián. Partido a partido, nada ha cambiado.