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Daniel Rodríguez Herrera

La ley Sinde, un modelo de izquierdas

El problema es que sospecho que algunos de quienes se tiran de los pelos por la ley Sinde tampoco lo hacen porque les preocupe la censura, siempre y cuando lo que se censure sea a esa gentuza de la derecha.

Con la chulería propia de quien se sabe ganador, Joan Navarro ha dejado la dirección de la Coalición de Creadores lamentando que las web que han cerrado temporalmente en protesta por la ley Sinde no prolonguen ese estado "de forma permanente". Pero este antiguo jefe de campaña de Jordi Sevilla, el lobista encargado de que el Gobierno aprobara lo que los de la ceja querían que aprobara, tiene razón en algo: la ley Sinde es un "modelo español y de izquierdas" para lidiar con las descargas en internet.

Existen actualmente dos ideologías que cabe identificar como líderes indiscutibles en censura en internet. La extrema izquierda, el comunismo, con ejemplos clásicos como Cuba, Vietnam o China y algunos que se apuntan con gran interés como Venezuela. Las teocracias y autocracias islámicas, con Irán como estandarte, también tienen su lista de enemigos de internet, entre los que se encuentran países como Túnez o Arabia Saudí. No son los únicos; enemigos de la libertad los hay en todos los regímenes con ansias de gobernar a perpetuidad al margen del consentimiento de sus súbditos. Pero sorprende que haya entre ellos tantos amigos de este Gobierno, dedicado a la Alianza de Civilizaciones y el apoyo al socialismo del siglo XXI.

Me dirán que esto no es necesariamente la izquierda, al igual que Pinochet no es la derecha, y tendrán razón. Pero desgraciadamente sí que es la izquierda realmente existente hoy aquí en España. Una izquierda que se ha aliado con los regímenes de Cuba y Venezuela y que ha promovido el entendimiento con países como Irán o Turquía bajo la premisa de que debemos suprimir la libertad de expresión para no incomodar a los musulmanes, como dejó claro Zapatero en su famosa carta escrita al alimón con el primer ministro turco Erdogan; un texto infame que deberían recordar todos aquellos que ahora se escandalizan con la ley Sinde.

Durante todo este tiempo, la izquierda supuestamente moderada que puebla internet no ha protestado; para ella, todo aquello que fuese en contra de Estados Unidos era bueno por definición. Había que desertar de Irak, sentarse ante la bandera; promover una política exterior distinta, más europea, que no viese todo en blanco y negro. No se podía mirar el mundo como si una peli de buenos y malos se tratara. Al fin y al cabo, lo peor del mundo es Guantánamo. Y no, no se referían a Cuba, esa patria de quienes mueren de hambre por la libertad, sino a ese pequeño pedazo de tierra donde se asienta una base militar norteamericana.

Mal que les pese reconocerlo, y no lo reconocerán, de aquellos polvos vienen estos lodos. Si Zapatero y su Gobierno se han amigado con toda dictadura y régimen abominable que han tenido a mano no era porque creyesen en la libertad. El problema es que sospecho que algunos de quienes se tiran de los pelos por la ley Sinde tampoco lo hacen porque les preocupe la censura, siempre y cuando lo que se censure sea a esa gentuza de la derecha. No, lo hacen porque, al fin y al cabo, el asunto este de las descargas es algo a lo que el Gobierno estadounidense quiere que pongamos coto y, como dijo Revel, a estas alturas ser de izquierdas se ha convertido en sinónimo de ser antiamericano.

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