Ha conseguido la chispa que le faltaba hace un mes y esa chispa se la da un buen estado de forma de Leo Messi y de Neymar. Descubierto el pastel que no nos permitía entender bien lo que había pasado en Anoeta, el 4 de enero, con derrota lamentable del equipo culé, que no era otra cosa que una discusión fortísima entre Messi y Luis Enrique, todo ha ido rodado. Una especie de pacto entre el argentino y el asturiano. No seremos amigos, pero esto va a ir para adelante.
Y desde entonces ocho victorias seguidas del club azulgrana, tres ante el Elche, tres ante el Atlético, Riazor y Villarreal en casa. Messi en el estado de siempre, Neymar muy fino, Luis Suarez llevando al equipo, aunque sin goles, a un juego majestuoso. Y la defensa con Mascherano en estado colosal y con Piqué, ese Piqué inservible hace dos meses, recuperando el nivel de antaño, el que le hizo ser uno de los cinco mejores centrales del mundo
Nos paramos un momento en Neymar. Está tan fino que queda absurdo negarlo, decir que es un poco efectista, que es vacilón, que juega con el contrario, y todas las tonterías estas que se han dicho estos días. Todo para camuflar que sí, que el Atlético dio patadas a mansalva el otro día en el Calderón en el partido de Copa. Vivimos en un pais en el que queda en la retina del aficionado rencoroso más, que un tipo le haga un caño a otro o que pueda decirle esto, aquello o lo de más allá a un rival para reirse de él, que ver la calidad de un jugador que está casi al nivel de su compañero Messi y que será Balón de Oro muy pronto.
Insisto. Todo para reforzar la idea de que el Atlético no es violento, sino que brega y lucha hasta el final. En serio, esto es motivo para otro artículo de otro día. La forma de defender lo indefendible y apoyar hasta límites incoherentes todo lo que haga el Cholo Simeone. Por cierto, un Cholo, ya lo hemos dicho muchas veces por aquí, que es un entrenador extraordinario. Pero no pasa nada por decir las cosas.
En ese punto tan bueno, decíamos, está este Barcelona, que claudicó en San Sebastián hace un mes y que 28 días después está mano a mano con el Madrid. Es cierto que el equipo blanco se le pude alejar un poquito este miércoles ante el Sevilla. Dejaría la teórica diferencia en cuatro puntos. Pero el Barcelona luchará y ha revertido situaciones que parecían insalvables. El rumor en el Camp Nou llegó a convertirse en silbidos en algunos encuentros. Y eso que siempre dio la peor cara el Barça fuera de casa donde este año ya ha pedido puntos que pueden convertirse en vitales.
Pero el equipo ha conseguido asomarse a una final, la de Copa, a 180 minutos de conseguirlo, cuarta en cinco años en el torneo copero si lo logran. Se planta en la eliminatoria ante el Manchester City siendo ahora ligeramente favorito y eso nadie lo esperaba cuando salió el sorteo. En el propio seno del club llegaron a decir que la eliminatoria estaba al cincuenta por ciento. Y eso ahora es mucho decir. Este Barça está de dulce. Fíjense si era fácil. Sólo con que jugaran bien los que tenían que hacerlo