Por Rosa Díez hemos sabido que Rajoy tiene una estrategia para afrontar el 9-N, que es el día en que Mas ha prometido poner las urnas para una consulta ilegal y el día en que Junqueras ha prometido desobedecer si no las pone. Díez no ha querido revelar de qué va el plan del presidente, porque si una estrategia se anuncia ya no es estrategia, cosa que igual es verdad. De modo que se mantendrá el suspense hasta el final, como desea cualquier autor de thrillers. Yo no tengo claro que se trate de una buena idea, ésa de mantener el suspense, cuando se lleva al género de la política, pero observo que Mas tampoco está por enseñar sus cartas, y marcha hacia el Día D precedido de una avanzadilla de mensajes para todos los gustos.
Así las cosas, no se sabe si forma parte de la estrategia de Rajoy la propuesta de "una gran coalición" en Cataluña que lanzó el viernes pasado la secretaria general de su partido. Lo que sabemos es que nadie con mando en plaza en el PP ha vuelto a hablar del asunto. Parece que no sobrevivió al fin de semana. Se puede decir de la gran coalición de Cospedal aquello que repetía el cómico Pepe Iglesias, el Zorro: "Y del finado Fernández nunca más se supo". Aún peor, porque tampoco se supo bien en qué consistía la propuesta. ¿Un pacto para un gobierno de coalición tras unas futuras elecciones? ¿Para hacer listas electorales conjuntas? Cospedal dejó el suspense; no así los interpelados. Salvo UPyD, que aceptó, todos se negaron en redondo.
Hace un par de años o hace nueve meses, cuando Mas fijó la fecha del ilegal referéndum, hubiera sido el momento para una alianza de partidos que contrapesara el frente secesionista. No una alianza electoral, sino un acuerdo que diera cuerpo, ¡y alma!, a la común posición de diferentes opciones políticas ante los que empujan a la ruptura con España, con la democracia y con la ley. Era entonces cuando se habría podido tejer alguna alianza entre el PP, Ciudadanos y UPyD, porque el PSC, me temo, es bala perdida. Ahora, en plena cuenta atrás para el 9-N, con posibles elecciones anticipadas en el horizonte, ¿quién se va a apuntar a un pacto que puede perjudicarle en las urnas? Bueno, sí, UPyD, que aún no ha logrado despegar con fuerza suficiente en Cataluña.
Lo interesante del caso es que la llamativa oferta que hizo Cospedal fuera flor de un día. Yo pensaba que iba a ser un macguffin, que es una triquiñuela de maestros del suspense como Hitchcock. La Wikipedia en español tiene al respecto una explicación muy atinada. Es, dice, un elemento de suspense que hace avanzar a los personajes en la trama pero no tiene mayor relevancia en la trama misma. Podían añadir que el mejor ejemplo de macguffin en la actual política española es la reforma federal del PSOE. Pero el PSOE mantiene sus macguffins contra viento y marea; por improbables que sean, le sirven para dar cuerda a los personajes y distraer al espectador. El PP, en cambio, ha dejado caer el suyo a la primera sacudida. Sacó la flor Cospedal el viernes y el lunes ya estaba marchita. A ver si hay estrategia pero no hay estrategas.