¡Manda huevos! que diría nuestro actual embajador en Londres, que un indio, un sudafricano, un holandés, un inglés, un ecuatoriano y un señor de Sri Lanka vengan a Bilbao a anunciar "urbi et orbi" –eso en si es ya muy bilbaíno- que han verificado que la banda terrorista ETA ha sellado unos "zulos" y ha puesto fuera de uso tres pistolas, unas balas y unos pocos kilos de explosivos. Amén de humillante es una auténtica burla a nuestra Nación, a los españoles y de manera mas especial a las víctimas del terrorismo.
La "internacionalización del conflicto" ha sido siempre un objetivo de ETA y habrá que reconocer que el esperpento de hoy en el Hotel Carlton de Bilbao con esta denominada "Comisión Internacional de Verificación" como estrella invitada ha sido todo un éxito para sus intereses. La repercusión mediática nacional e internacional que ha tenido la comparecencia de la citada Comisión así lo acredita.
Pero yendo al fondo del asunto, lo que pone en evidencia lo vivido hoy en Bilbao es que el llamado proceso con ETA que puso en marcha Zapatero y que Rajoy no ha querido parar ni modificar sigue su marcha. Está más vivo que nunca. Esto ha sido un paso más, aunque bastante ridículo. Aparte de que uno se pueda preguntar cuanto cobran estos "verificadores", quién les paga y de dónde sale el dinero, la pregunta claves es ¿por qué consiente el Gobierno de España esta afrenta, o es que quizás lo tolera porque forma parte del proceso en el que el ejecutivo está inmerso y le viene bien que sean otros los que aparezcan en el escenario?
Si no estuviéramos hablando de algo que ha causado tanto dolor durante los últimos cincuenta y cinco años a tantos ciudadanos, el numerito de los verificadores sería para tomárselo a chufla. Pero no, más bien lo que dan ganas es de llorar. Llorar al pensar en lo que hoy estarán pasando los familiares directos de todas y de cada una de las 857 víctimas mortales de ETA al ver este montaje; llorar al pensar en lo poco que ha valido ese sufrimiento de las víctimas y con ellas el acompañamiento que han tenido de la inmensa mayoría de los ciudadanos; llorar en la indignidad que para nuestra Nación supone que tengan que venir aquí unos "verificadores" internacionales a decirnos que ETA ha decidido dejar de usar unas poquitas armas. Esto no pasa en ningún país serio y ya se ve que el nuestro no lo es.
Es la hora también de señalar a los principales culpables de tanta ignominia. En primer lugar, al expresidente Zapatero y al PSOE. Todo lo que estamos viviendo en los últimos tiempos es consecuencia de ese vergonzoso "proceso de paz" que no fue otra cosa que un proceso de negociación política con ETA, que puso en marcha Zapatero incluso antes de llegar a la Moncloa en marzo de 2004. Y ahí también convendrá recordar el papel tan importante que jugó el actual secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, amén del presidente del PSE, Jesús Eguiguren.
En el escalafón de culpabilidad ocupa un lugar muy destacado el PNV. Ver ahora a este partido intentar aparentar que ellos son muy buenecitos y que están contribuyendo como nadie a la consolidación de lo que ellos llaman el final de ETA, da, sinceramente, mucho asco. El PNV nunca ha apoyado ninguna de las medidas que desde la ley y el Estado de Derecho se han ido adoptando desde la transición democrática para luchar contra ETA. Sólo se han dedicado a poner palos en las ruedas e incluso, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, llegaron a pactar con la banda terrorista en Estella. Arzalluz lo resumió muy bien: "unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces".
En tercer lugar, el actual Gobierno de Rajoy, más por omisión que por acción, ha dejado hacer. Ya durante la segunda Legislatura de Zapatero, Rajoy dio un giro inexplicable en lo que debía haber sido una posición firme de su partido en la lucha antiterrorista. Esa posición tuvo su punto álgido cuando al anunciar ETA el 20 de octubre de 2011 su "alto el fuego definitivo", el líder del PP salió a la opinión pública para decir que dicho anuncio se había hecho sin ninguna concesión política cuando todo el mundo sabía que eso no era verdad. Y al llegar a la Moncloa hace dos años y tres meses, el actual presidente del Gobierno, en lugar de marcar claramente diferencias y distancias con la política antiterrorista de Zapatero, se limitó a heredar y a administrar lo que éste le transmitió que tenía acordado con ETA. La liberación del torturador-secuestrador de Ortega Lara, Josu Bolinaga o la excarcelación exprés de 63 etarras tras la derogación de la doctrina Parot son algunos capítulos tristemente destacados de esa hoja de ruta heredada voluntariamente por Rajoy.
Lo relevante no es que ETA diga o deje de decir donde están sus "zulos" o que inutilicen parte de su arsenal. ETA, policialmente, está derrotada. Eso se lo debemos a la Guardia Civil y al Cuerpo Nacional de Policía. Pero políticamente, están mas fuertes que nunca, y va alcanzando poco a poco mas cotas de poder para llevar adelante su proyecto totalitario. De momento gobierna en Guipuzcoa, en San Sebastián, en muchos otros Ayuntamientos del País Vasco y de Navarra, es la segunda fuerza en el Parlamento Vasco y en las próximas semanas o meses puede entrar, gracias al PSOE, en el Gobierno de lo que para ellos es la joya de la corona: Navarra. Eso es lo importante y lo extremadamente grave, no lo que estos "verificadores al pil pil" han venido hoy a decirnos en Bilbao.