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Carmelo Jordá

Podemos y la cartilla de racionamiento solidario

Igual soy un poco raro, pero me llama la atención que un boicot a una empresa sea la mejor forma de mejorar las condiciones de sus trabajadores.

Tras el boicot a la Coca-Cola que ya había olvidado hasta el pobre Ramón Espinar, Teresa Rodríguez nos invita en un vídeo a que no comamos conejo y ave en solidaridad con otros trabajadores que están en huelga.

Igual soy un poco raro, pero me ha llama la atención que un boicot a una empresa o a un sector sea la mejor forma de mejorar las condiciones de sus trabajadores. Supongo que es la mentalidad mísera de los que piensan que la economía en general y las relaciones laborales en particular son un juego de suma cero, es decir, que lo que gana el empresario lo pierde el trabajador y viceversa.

Pero de lo que quiero hablarles hoy no es de cómo algunos siguen en esa fe marxista trasnochada y tantas veces desmentida por la realidad, sino de lo difícil que se está volviendo comer y beber desde que nuestra alimentación se ha convertido en un ejercicio continuo de solidaridad con estos o con aquellos trabajadores en huelga.

La buena de Teresa llama a la cosa "consumo responsable", un término con el que tradicionalmente el rojerío y los ecologetas se han referido a no consumir y que desde luego, con el podemismo no ha cambiado de sentido: hay que consumir responsablemente y no comer conejo, no beber Coca-Cola, no vestirse en Zara, no comprar en Mercadona y, por supuesto, no volar con Ryanair. Por cierto, que boicots al caviar, al Möet & Chandon, a Loewe, a las tiendas gourmet y a Emirates los espabilados estos no hacen, no, se ve que les gusta lo bueno… como a todos.

El problema es que lo del "consumo responsable" está llegando a un extremo en el que uno ya no sabe qué comprar: yo mismo veo a la gente recorrer los pasillos del supermercado en un sinvivir, preguntándose si está comprando algo para desayunar o está alimentando también al capitalismo salvaje y neoliberal:

- Pepe, ¿la huelga de Magdalenas Pérez se ha acabo ya?

- No lo sé, María, mejor compra sobaos que no me acabo de fiar.

- Es que llevan aceite de palma.

- Pues ahora si que estamos jodidos.

Yo creo que la cosa sería más fácil si instauramos ya una cartilla de racionamiento solidario en la que Teresa, el Kichi y Espinar nos digan directamente qué es lo que tenemos que comer, beber y comprar. No es tarea fácil, sobre todo para ellos que en cuanto se despistan se les olvida que el boicot también lo tienen que hacer ellos y se compran las coca-colas a pares, pero así las cosas quedarían claras y el chocolate solidario de agricultura sostenible y comercio justo, espeso.

La otra posibilidad es que les hagamos el caso que merecen –es decir, ninguno- a esta pandilla de solidarios de tres al cuarto que en la mayor parte de los casos no es que no hayan creado un empleo decente en su vida, es que ni siquiera lo han tenido.

Mañana para comer, conejo con Coca-Cola.

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