La situación del viudo de Rocío Jurado, a medida que van transcurriendo los días, va siendo cada vez más complicada. El pasado viernes, cuando tuvo que ir a declarar a los juzgados de Sevilla, no pudo pasarlo peor: primero por tener que declarar, pero también por no tener más remedio que enfrentarse a los insultos y abucheos que recibió tanto a la entrada como a la salida.
Hoy lunes van a declarar ante el juez dos testigos del accidente al que le costó la vida a Carlos Parra, y este hecho podría agravar más su defensa. Uno de ellos es el conductor del todoterreno que iba detrás del coche del fallecido y el otro es quién alertó al 112 para advertir del adelantamiento que le hizo un vehículo en un tramo prohibido con línea continua.
Hasta el momento han declarado tres personas. Dos fueron los jóvenes que llamaron al teléfono de emergencias para dar la voz de alarma de que un coche iba a una velocidad superior a la permitida invadiendo el lado contrario de la carretera. El tercer testigo es el que colisionó con el motor del coche del diestro, nada más producirse el accidente, y que afortunadamente resultó ileso.
Por su parte, Ortega Cano mantiene que no había bebido, aparte de no recordar nada del accidente, y alega que todo pudo ser consecuencia de un mareo o una arritmia por la lesión coronaria que padece.
Ahora y por si fuera poco con todo lo que tiene encima, dentro de dos días tiene que someterse a una nueva intervención quirúrgica en el colon. No obstante, en este momento se desconoce si esa operación se va a llevar a cabo porque le han diagnosticado un herpes zóster. Por lo tanto, Ortega Cano permanecerá ingresado en la clínica sevillana, ya que la intervención está en el aire.
El diestro es una persona fuerte y con toda seguridad saldrá bien del quirófano, pero lo que le espera no es nada agradable.