Al final, la duquesa y el funcionario se han salido con la suya, y pese a tener a toda la familia de la aristócrata en contra, su bonita y creíble historia de amor ha vencido a tales impedimentos.
Si es que cuando el amor es verdadero, no hay nada ni nadie que lo detenga, y si no ahí está la prueba de esa boda tan pintoresca, con una duquesa de Alba totalmente entregada, y bailando rumbas en la puerta de su palacio para el pueblo fiel, bajo la atenta mirada de su recién estrenado marido, con esa cara tan relajada, y nada tensa. En mi vida había visto a un novio tan poco natural.
Lo que no se puede negar es que no hay nada como llamarse Cayetana Fitz- James Stuart, ser duquesa de Alba, grande de España 18 veces, y así hacer lo que te dé la gana.
Con esta boda ha vuelto a demostrar que con ella no se puede. No es la primera vez que se tiene que enfrentar con todos sus hijos, y si alguno no entra por el aro, como es el caso de Jacobo, sus planes continúan adelante, por encima de todo.
Que su hijo no fuese a verla casar, era de esperar. La sorpresa la dio su hija Eugenia, cuando el día antes del enlace de su madre tuvo que ser hospitalizada de urgencia en una clínica de Madrid a consecuencia de sufrir un brote de varicela. ¿No sería una mutación por el soponcio de la boda de su madre?
El centro hospitalario donde se encuentra internada la duquesa de Montoro ha emitido un comunicado en que explica en el estado en que se encuentra la paciente. Dicen que permanece aislada, y que la fiebre ha remitido levemente. A consecuencia de eso está experimentando una leve mejoría, pero deberá permanecer entre 5 y 7 días ingresada.
Se espera la llegada de la pareja feliz, que con toda seguridad, y como es lógico, se trasladarán a visitarla, a pesar del riesgo de contagio.
Su viaje de luna de miel lo harán dentro de unas semanas, y con toda seguridad, el cumpleaños de Alfonso, el próximo 15 de noviembre, lo celebraran en Tailandia.
Todo muy bonito, sobre todo la cara de Cayetano al día siguiente de la boda, cogiendo el primer avión de la mañana a Londres, con una cara malísima, y encima no paraba de tocarse un grano horrible que le había salido en la cara. ¿Será también a consecuencia del disgusto?