A los duques de Alba se les podría comparar con Marco Polo por todo lo que viajan. La duquesa ha sido uno de los personajes al que más en falta se ha echado en la recién terminada feria de Sevilla, pero el matrimonio escogió esas fechas para hacer su viaje de Luna de Miel que tenían pendiente.
Me comentaron que el duque estuvo hace unos días en una tienda de decoración de la capital hispalense, concretamente en Gastón y Daniela, escogiendo telas para su dormitorio, que al parecer es el mismo que utilizó Luis Martínez de Irujo, primer marido de Doña Cayetana. Unos diseños exclusivos, nada caros, y muy bonitos. No hay que olvidar que la decoración y las antigüedades son su pasión.
De su viaje, el primer destino ha sido París, aunque dentro de sus planes tenían pensado también trasladarse a Turquía y al Reino Unido. A la duquesa lo que más le puede gustar es viajar, y si se trata de hacerlo con su marido, todavía mejor, por eso no le ha importado nada abandonar por unos días su Sevilla querida, en plena feria, y gozar de este viaje. A pesar del mal tiempo, lo están disfrutando al máximo; eso sí, llevan una escolta de fotógrafos detrás de ellos de manera permanente.
No sería de extrañar, sabiendo que la aristócrata tiene un genio tremendo, que en cualquier momento la cogieran revirada, y les hiciera uno de sus famosos cortes de mangas que tan bien se le dan.
La duquesa puede permitírselo porque es consciente de que es uno de los personajes más queridos y respetados por la prensa. Por ese motivo hace unos días tuvo que trasladarse a Madrid para recoger en persona el Premio Naranja, que otorga cada año la peña periodística Primera Plana.
De momento, el matrimonio continúa su periplo por diferentes capitales europeas, y aunque parezca mentira, la señora duquesa tiene más marcha y aguante que nadie. A eso le llaman genio y figura.