No corren buenos tiempos para el bailaor. Joaquín Cortés tiene un problema grave desde hace algunos años con unos empresarios argentinos con los que, según parece, intentó abrir un local de flamenco en Madrid, pero nunca se llegó a realizar tal apertura.
Los supuestamente socios le vienen reclamando desde hace años 600.000 euros y le han llevado a los tribunales en dos ocasiones, pero el artista se defiende alegando no tener nada ver con esa gente. Afirma que de ese tema la responsabilidad es de su representante y de su hermana y quiere dejar claro que él no se ha ocupado nunca de ese tipo de asuntos.
En la Audiencia Provincial de Madrid se ha celebrado el juicio y, como era de esperar, Cortés se ha negado en rotundo a hacer cualquier tipo de declaración. De sobra es sabido que la prensa no le gusta nada y más cuando se trata de temas tan delicados como una presunta estafa.
A consecuencia de este hecho, el abogado de la parte contraria solicita una pena de 10 años de prisión y la devolución del dinero, mientras Joaquín dice no saber nada del asunto.
Ésta denuncia se remonta al año 2003. En esa fecha fue la primera vez que los empresarios argentinos denunciaron a Cortés, pero el problema no terminó ahí porque, años más tarde, en 2010, la Audiencia de Madrid dictó una sentencia en la que se le condenaba a un año de prisión y a pagar 175.000 euros por responsabilidad civil, aunque los abogados de Joaquín recurrieron. Motivo por el cual los argentinos han vuelto a iniciar un nuevo proceso legal, y así vuelta a empezar.
Un tema que, con toda seguridad, tiene al artista amargado porque ahí no se le acaban los problemas. Y si no recordar que Hacienda a primeros de año le reclamó dos millones de euros. De ahí provienen los rumores de la posible ruina del bailaor.