Los médicos que le atienden se muestran optimistas, aunque cautos. Todo apunta a que Miguel Boyer, transcurridas las 48 horas de la operación a la que ha tenido que ser sometido tras sufrir un ictus cerebral, presenta una evolución lenta pero favorable.
A consecuencia de este fatídico hecho, Isabel Preysler está pasando por uno de los peores momentos de su vida. La familia todavía no se ha recuperado de la muerte de su hermana pequeña hace unos meses, y ahora la vida le vuelve a dar otro mazazo con lo ocurrido a su marido.
La "reina de corazones" está desbordada desde la madrugada del lunes, día en el que a su marido le dio el derrame cerebral y tuvo que ser ingresado de urgencia. Según fuentes cercanas a Isabel, a pesar de la gravedad de la situación la familia no pierde la esperanza, y confía en su recuperación. A día de hoy, Boyer permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos, bajo sedación.
Preysler tenía planeado uno de estos días viajar a Miami con su hija Tamara, para conocer a su nieta Sofía, y pasar un tiempo con su hija Chábeli, pero todo se ha suspendido por los últimos acontecimientos.
En la Clínica Ruber, donde se encuentra ingresado, el personal que le atiende no va a emitir nuevos partes médicos si no hay novedades. Los médicos han manifestado que todavía es muy pronto para saber las secuelas que le puedan quedar, y que las próximas horas son definitivas. Sólo puede recibir las visitas de sus familiares directos. Durante estos días Isabel ha estado acompañada por sus hijas Tamara y Ana, y como era de esperar, también ha acudido su hija Laura Boyer Arnedo, que a pesar de no mantener unas relaciones fluidas con su padre, se ha acercado hasta la clínica para estar junto a él en estos momentos tan críticos.