La duquesa de Montoro ya se encuentra en su casa, después de permanecer más de una semana internada en una clínica aquejada de varicela.
Evitó hacer ninguna declaración, ni mucho menos que se le viera el rostro, no salió por la puerta principal, pero ese hecho no impidió que las cámaras y fotógrafos captaran su salida por una puerta lateral de la clínica Ruber Internacional, donde ha estado ingresada.
Eugenia salió con una gorra calada, que se parecía al "Melonio ", y de esa guisa, intentó evitar que se le vieran las señales cutáneas que todavía le quedan.
Ha tenido que permanecer una semana aislada, por el alto riesgo de contagio, motivo por el cual no se le podía visitar.
Su madre acudió a verla al hospital. Ha sido la primera salida después de su gran boda con Alfonso Díez, el todavía funcionario a pesar del reciente ducado no pudo acompañar a su mujer, al no haber tenido esa enfermedad cuando hay que tenerla, en plena infancia, y como es lógico el riesgo de contraerla es tan grande que prefirió no acudir.
Ahora Eugenia ya está en su casa, donde tendrá que permanecer durante un tiempo haciendo reposo y sometida a tratamiento.
En unos días ya se le podrá ir a ver. Sus hermanos, han estado muy pendientes de la evolución de la pequeña de la familia, porque al tener que permanecer aislada, las visitas eran muy restringidas.
Dice un refrán, que no hay mal que por bien no venga. De ésta manera, se ha podido librar el tener que asistir a la boda de su madre, que por muy buena cara que hayan tenido que poner todos los hijos de la duquesa de Alba, a ninguno le ha hecho ni la más mínima gracia la cabezonería de su madre.