La cantante, el que fuera alcalde de Marbella y su exmujer se han sentado por fin en el banquillo de los acusados por su presunta implicación en un delito de blanqueo de capitales. A Julián Muñoz, la Fiscalía lo acusa de malversación de fondos públicos y cohecho.
El morbo estaba servido, y como hay gente para todo, a las puertas de la Audiencia Provincial de Málaga, lugar donde se ha celebrado la vista oral, había una pequeña concentración de fans de la Pantoja, que no han parado de vitorearla, llamándole guapa y bonita, a lo que Isabel ha respondido con un saludo, levantando su mano derecha, y esbozando una pequeña sonrisa.
Su llegada ha sido tensa, ya que sus nervios eran evidentes por mucho que haya querido disimular y a pesar de estar en todo momento muy arropada por sus abogados.
Dos horas y media ha durado la vista. A la salida, se ha podido ver a la tonadillera con un aspecto mucho más relajado. Lo peor ya había pasado, y parece ser que el encuentro con Julián Muñoz no ha sido tan frío como se esperaba. Según me comentan, hasta intercambiaron un mínimo saludo. Todo lo contrario que con Maite Zaldívar, que no miró a ninguno de los dos a la cara. Hoy tienen que volver a pasar por la misma situación, ya que se celebra la segunda sesión de la vista oral.
Isabel ha demostrado una vez mas con su actitud que ante situaciones difíciles, como las que está viviendo en estos momentos, se crece y las afronta de forma desafiante. Tanto a la entrada como a la salida de la audiencia ha hecho un paseíllo, como si estuviera haciéndolo en un escenario. Iba con la cabeza tiesa, y su mirada no podía ser mas penetrante y fría.
Hasta el mes de octubre no se celebrará el juicio, y a Isabel le espera un verano repleto de galas.
Todavía queda mucho para que esta historia llegue a su fin.