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Autovía NOJ. Destino: Desastre

La autovía NOJ sigue su curso: Mérida, León, Cuenca... El destino será el desastre, salvo que se corrijan las disfunciones antes de continuar con la implantación y se incremente la dotación personal y material.

NOJ. Nueva Oficina Judicial. No recuerdo exactamente el día en que pude ver a través de internet la presentación ministerial mediante diapositivas de esta organización. Se dice diseñada y nacida para dar apoyo a la actividad jurisdiccional de jueces y magistrados. Pensé que un proyecto de tanta envergadura no podía haber llegado a España, tan tarde.

Digamos que la Nueva Oficina Judicial quería ser una auténtica cadena de producción en la que la jerarquía, la división de funciones y la coordinación fuesen principios reinantes. Una factoría de justicia en la que, a través de la eficacia, la eficiencia y la racionalización del trabajo, los jueces y magistrados pudiéramos centrarnos en la tarea que nos encomendó la Constitución Española allá por 1978: juzgar y ejecutar lo juzgado. Hasta ahora, además de esta tarea, nos dedicábamos también a otros menesteres: comprobar que las impresoras y sistemas de grabación funcionaban; seguimiento y examen de todos y cada uno de los pasos en la tramitación de los asuntos, comprobar así mismo que los funcionarios estaban en su puesto de trabajo, que hacían correctamente su labor; examinar las citaciones de testigos y peritos para asistir a los juicios, etc. Sin embargo, el proyecto NOJ quiso que los jueces y magistrados españoles estuviésemos centrados en lo nuestro. ¡Por fin! Y con tal finalidad se llevaron a cabo diversas reformas legislativas que recogen en su Exposición de Motivos este leit motiv, como ocurre en Ley 13/09, de 3 de noviembre, de reforma de la legislación procesal (BOE de 4 de noviembre de 2009).

Podríamos decir que la Nueva Oficina Judicial se presentaba como la autovía para alcanzar una justicia de calidad, rápida y eficaz. Era el elemento estrella del llamado Plan estratégico de Modernización de la Justicia.

Sin temor a equivocarnos se puede afirmar que, hoy día, la NOJ es a la Justicia lo que la Autovía del 92 al territorio andaluz. La llamada A-92, construida con motivo de la Exposición Universal de 1992 en Sevilla, se presentó como un gran eje de comunicación en Andalucía que pretendía unir la zona occidental y la oriental. Su construcción resultó muy por debajo de las expectativas. Son notorios los hundimientos y socavones que presenta y el continuo parcheado. Los expertos dicen que en los casos de obras públicas son vitales los estudios geotécnicos en todas las zonas, que resulta de capital importancia la calidad de los materiales que se emplean.

La NOJse configuró como un gran eje para la coordinación del trabajo en los juzgados. Agilizar la Justicia era, al parecer, su fin. Un ambicioso proyecto cuya puesta en práctica se ha revelado ineficaz y generador de innumerables problemas que nos han colocado en una peor situación de la que ya soportábamos, lo cual es digno de reconocimiento.

Los primeros territorios en los que se ha puesto en marcha la autovía NOJ, Burgos y Murcia, pudieron dar inmediata cuenta del caos judicial. Lo que surgió como paradigma de la coordinación de funciones se ha transformado en su antítesis; nadie sabe bien cuál es la tarea que debe realizar en los llamados servicios y unidades, las herramientas informáticas no son fiables y todos tiemblan pensando en que pueda venirse abajo el sistema. La famosa agenda de señalamientos sigue sin funcionar. No hay problema: España puede permitirse el lujo de no celebrar juicios en diez días por el fallo de un sistema informático o la mala previsión. ¿Realmente puede permitírselo?

Siguiendo la técnica de la readaptación y el reciclaje, se ha aplicado este proyecto prácticamente con el mismo personal, a quien no se le ha proporcionado la adecuada formación. Se ha puesto en marcha sin aumentar los medios materiales. Hagamos una nueva carretera más larga y ambiciosa con los materiales de la vieja.

Una vez se dio la voz de alarma y ensordecíamos con el griterío, la lógica nos llevó a pensar que el despliegue de la NOJ se paralizaría hasta solventar tamañas deficiencias. La siguiente parada, Cáceres, pidió a través de los magistrados de la plaza y de las secciones territoriales de las cuatro asociaciones judiciales que el ministro demorase la implantación. No hubo éxito. Una vez echado el hormigón ya el camino es imparable. La NOJ debe continuar sí o sí. Nos acercamos a la cerrazón. Desde todos los ámbitos de la Justicia se toca la campana de aviso. Procuradores, abogados y funcionarios están realmente preocupados por el atasco que ello está generando en los distintos juzgados. Este atasco no es en modo alguno bienvenido en este momento de crisis económica. Los miembros de la carrera judicial estamos con la boca abierta, no damos crédito a lo que está sucediendo. La NOJ nació para que nos dedicásemos en exclusiva a nuestra función jurisdiccional y, curiosamente, la está entorpeciendo. ¿Será que el proyecto persigue otra finalidad más oscura?

La autovía NOJ sigue su curso: Mérida, León, Cuenca... El destino será el desastre, salvo que se corrijan las disfunciones antes de continuar con la implantación y se incremente la dotación personal y material. Ya se dijo en el 92: no basta un buen trazado, es necesario un buen firme.

Beatriz Miranda Verdú es magistrada y presidenta de la asociación de jueces y magistrados Foro Judicial Independiente en Extremadura.

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