Ignoro qué sea la "proporcionalidad", pero los jefes dicen que es como debe acometerse el problema de Cataluña. Supongo que quieren decir que aportemos soluciones prácticas para llegar a una independencia civilizada y pacífica de la marca hispánica. Eso es lo que hacen ellos y yo les sigo.
Lo primer y principal es que los del Juntos por el Sí dejen de presentarse a las elecciones llamadas "nacionales" (con perdón). No parece muy coherente que los elementos que quieren separarse de España pretendan ser diputados del Congreso de los Diputados españoles. Por lo menos así se evitarán la vergüenza de tener que jurar o prometer la Constitución Española y, sobre todo, tener que bajar a Madrid todas las semanas.
Si los del Juntos por el Sí (que más parece una declaración de amor) quieren lograr de verdad la independencia de Cataluña, deberían convocar un concurso internacional para componer un verdadero himno. Con todos los respetos, no puede servir una canción cuasi religiosa que hable de cortar el cuello de los castellanos con un golpe de hoz. Más parece un grito del Estado Islámico o como se llame.
Una buena estrategia para los secesionistas sería propugnar un referéndum en toda España para ver cuántos se inclinan por la independencia catalana. Sospecho que dentro de Cataluña no conseguirían los votos suficientes, pero sí en "el resto del Estado", como ellos dicen.
El nuevo Gobierno independiente de la República Catalana debe preocuparse de otro símbolo: la moneda. Ya sabemos que una parte de los independentistas se oponen a seguir en la Unión Europea, por neoliberal y capitalista, y por tanto en el euro. Después de todo, el euro para los antiguos griegos es lo que los catalanes llaman tramontana. Vuelvo al camino real. Así que hay que diseñar una nueva valuta, no contaminada de capitalismo o neoliberalismo. Tampoco hay que buscar mucho. La peseta fue un invento de un catalán, Laureano Figuerola. Reivindíquenla.
Lo primer que hay que hacer al constituir un nuevo Estado es conseguir que lo reconozcan otros. Bastan unos pocos para empezar. Sugiero que sería fácil conseguir el reconocimiento de la República Catalana por parte de Andorra, de Kosovo y del Alto Volta.
Ante las dificultades económicas del nuevo Estado, se me ocurre que se podría hacer que figurara como paraíso fiscal para el mundo entero. Con menos posibilidades lo consiguió Gibraltar.