
Una de las tareas más pesaditas de los comentaristas o doxólogos es tener que embaularnos los programas de los partidos políticos. Así que me apresto a leer las 259 páginas del borrador del programa del PSOE.
Abundan las palabras y expresiones que suenan bien, que podrían introducirse en el programa de cualquier otro partido. Pura retórica. Por ejemplo, "proyecto de futuro", "transparencia", "lucha contra la corrupción", “al servicio de la ciudadanía”, etc. Se cuelan también ideas nuevas, que huelen a sectarismo: "laicidad", "visión progresista de los medios de comunicación", "memoria histórica", “apoyo fiscal a las artes escénicas”, etc. No faltan la alusiones utópicas: "economía verde", "sostenibilidad", "erradicación de la violencia de género", “erradicar la prostitución”, ingreso mínimo vital”, etc.
Lo más llamativo es la orgía de neologismos pedantes. Selecciono algunos: "brecha digital de género", "sociedad en red", "elementos de tracción de la innovación", “capital semilla”, “capital nido”, “iberofonía”, “políticas transversales”, “escuela inclusiva”, “crecimiento inteligente”, “incubadoras de ideas”, “supranacionalidad en la globalización”, “pedagogía educativa”, “interoperatividad real entre e intra de las Administraciones”, “mecanismos de desjudicialización”, “viviendas Zero emisiones”, “priorización en cantidad y calidad [del agua] en función de las distintas prioridades”, etc.
Lo más mollar es la reiterada iniciativa para promover todo tipo de agencias, consejos, centros, comités, oficinas, planes, programas, laboratorios, comisiones registros, observatorios, fondos estratégicos. Todo ello acaba en una fiesta de siglas y mayúsculas, como nuevos organismos que son. Hay alguno tan divertido como "Defensor de las Generaciones Futuras". ¿No será una oficina para impedir los abortos? Otro ejemplo: "Plan Estatal de Rehabilitación Sostenible de Viviendas, Edificios y Regeneración Urbana". Se hará famoso con sus siglas PERSVERU. A los nuevos entes se suma un generoso conjunto de ayudas, subvenciones, incentivos fiscales, líneas de crédito oficial, etc. Más allá de lo que ahora existe. En definitiva, debajo de la faramalla que digo se esconde el propósito de aumentar sustancialmente el gasto público y lógicamente los impuestos. Bien es verdad que se avisa que la nueva presión fiscal se va a ejercer sobre "los ricos". A salvo queda la clase media trabajadora.
La expansión del gasto público obedece a una sola función latente: tener más poder para nombrar cargos a dedo y otorgar mercedes a los clientes del PSOE. La función expresa es la de promover el "gasto social", y ahora "sostenible".
Se nota que el texto del borrador es el resultado de los papeles que han ido aportando diversos autores (y autoras, claro) por separado. La prueba es que en algunos capítulos se repite el sujeto de "los socialistas", y en otros aparece como "los y las socialistas".
Al final, el programa se podría resumir en una sola frase dirigida al PP (a quien se menciona repetidas veces): "Quítate tú para ponerme yo". Mi impresión es que con este programa, si el PSOE llegara al poder, se produciría el desmantelamiento económico, el caos social y la hecatombe política. Aviados estamos.