Los contribuyentes hemos asistido al renovado espectáculo de los ministros y ministras con sus flamantes carteras departamentales. No son las viejas carteras que les trasmiten los predecesores. No, las ostentosas carteras son un regalo de por vida; son todas a estrenar. Cada uno de los nuevos ministros y ministras recibe el correspondiente zurrón de piel de Ubrique. Hay que promocionar la artesanía nacional. Me pregunto si luego declaran el regalo en el IRPF.
La valija que reciben los secretarios de despacho, y que luego ostentan ceremoniosamente ante las cámaras de la tele, lleva grabado el título del departamento con letras de oro. Así pues, lo verdaderamente valioso es que el título sea infatuado y rimbombante, a poder ser con varios elementos. Así, el antiguo Ministerio de Fomento ahora se ha convertido en Ministerio de Transportes, Movilidad y Agencia Urbana. No se sabe dónde caben las obras públicas de siempre (embalses, puertos, aeropuertos, etc.). ¿Serán parte de la "Agencia Urbana"? No importa que la "movilidad" sea indeterminada, pues otro departamento es el Ministerio de Seguridad Social, Inclusión y Migraciones. No es fácil saber qué significa la "inclusión". ¿Tendrá algo que ver con lo que se llama ahora "lenguaje inclusivo", esto es, la cantinela de "hijos e hijas", "todos y todas", etc.? Más dudas: ¿las "migraciones" no son un aspecto de la "movilidad"? Por cierto, ¿no se sería mejor llamarlas "inmigraciones", puesto que son pocos los españoles que emigran? No importa, cuanto más indeterminados sean los letreros, más prestigio se otorga al cargo. Así, da poca distinción dirigir el Ministerio de Economía; ahora, el brillo es mucho mayor si el marbete reza "Ministerio de Economía y Transformación Digital".
Hay casos en los que la renovación ha sido aún más rotunda. Por ejemplo, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, con profusión de mayúsculas como en los demás casos. Por la misma razón, en el próximo relevo del Gobierno bien puede aparecer un Ministerio de la Teoría Cuántica y del Cálculo Estocástico, o algo parecido.
Sin llegar a tanto, me produce un cierto alipori ver lo ufanos que se muestran los nuevos ministros y ministras con sus respectivas carteras. Posan con ellas individualmente en el zaguán del vulgar palacete de la Moncloa. ¿Cómo no presumir del Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030? Seguramente quiere indicar que los demás asuntos no son suficientemente "sociales". Lo de la misteriosa "agenda 2030" se materializa en una oportunidad para viajar por todo el mundo gastos pagos. La palabra agenda, sea lo que sea, da mucho pote al líder de "Podemos 3.0", que así se identifica. Parece una marca de teléfono móvil.
Se ha señalado lo aburrida que es la separación de estos tres departamentos: el de Educación, el de Universidades y el de Ciencia e Investigación. La única razón es que había que contentar a Unidas Podemos con una cartera del ramo de la enseñanza. Está claro que en las universidades no se va a educar o investigar.
El título más ampuloso es el del "Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática". Entiéndase que se trata de Presidencia del Gobierno, no cualquier presidencia. Lo verdaderamente intrigante es lo de la "Memoria Democrática". El nuevo título parece una envoltura más vendible que la rancia "memoria histórica". La cual consistía en la decisión totalitaria de recordar oficialmente solo las gestas relacionadas con la II República y sus antecedentes y consecuentes por parte de la izquierda. Es, pues, una memoria asaz selectiva. Hay que impedir la memoria que no sea "democrática".
A toda costa hay que parecerse a la fantasía que describe Orwell en su celebérrima novela 1984. Ahora se entiende todo.