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Amando de Miguel

Más sobre el estilo

Esta seccioncilla sirve para aprender a leer, para ganar soltura en el habla o en la escritura.

Esta seccioncilla sirve para aprender a leer, para ganar soltura en el habla o en la escritura. Para ello hay que observar bien cómo se expresan los escritores, los periodistas y comunicadores, los políticos y otros que hacen declaraciones. Se aprende muchas veces por el lado negativo, al evitar las barbaridades con las que nos topamos.

Muchas veces hemos comentado aquí las atrocidades del politiqués. Mi expresión favorita es ahora la de "consolidación fiscal". Quiere decir que van a subir más los impuestos. El último hallazgo es "ingeniería negocial" para indicar los contratos rebuscados de los futbolistas de postín. (Bueno, "de postín" ya no se emplea). Es un gran descubrimiento ese de los futbolistas que firman, no un contrato, sino varios con el mismo equipo.

La consecución de un estilo preciso y elegante se desprende de algunos usos muy sencillos. Pondré algunos ejemplos. Del inglés ubicuo nos viene el comodín "de hecho". Conviene evitarlo en la mayor parte de los casos, pues no añade gran cosa.

Una norma elemental es la de tener en cuenta los verbos auxiliares ser, estar, haber, tener. Se repiten tanto que una buena medida consiste en buscarles algún otro verbo que haga sus veces. Ya se sabe que en español no se admite bien la repetición de palabras en el mismo párrafo, y no digamos dentro de una frase.

Los adverbios en -mente son útiles, pero a veces son prescindibles. Por ejemplo, la expresión "completamente diferente" o cualquier otra parecida. Pocas cosas son completamente lo que sea.

Otro anglicismo de moda es "primero de todo" (= first of all). Basta con decir "primero". Lo bueno, si breve…

En las tertulias de la tele se reitera a veces la confusión entre inmune (= exento de algo) e impune (= se queda sin castigo judicial). Se parecen, pero son cosas distintas. (No hay que decir "completamente distintas").

Un alargamiento muy utilizado es "de ninguna de las maneras". Suele ser suficiente con la negación anterior. No añade mucho ese latiguillo. Bien es verdad que los españoles necesitamos ser enfáticos para que nos crean, al aparecer tantas veces como mentirosos compulsivos.

Otros alargamientos un poco pesados son "pero sin embargo" o "luego después". Los he observado más en Andalucía.

Más sutil es la diferencia entre partidario y partidista. En ambos casos se pueden calificar las conductas de los que se adscriben a un partido político. En el primer caso se trata de una adscripción neutra, descriptiva. Partidista se debe reservar para el supuesto de que esa orientación hacia un partido se desvíe claramente de los intereses generales o parezca exagerada. No es una distinción fácil, pero no se debe suponer que son palabras sinónimas. Si bien se mira, no hay voces sinónimas sino afines o emparentadas.

En España

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