Jorge García se siente intrigado por una afirmación de un diputado de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) en el Congreso de los Diputados. El esquerrano sostenía que su presencia en el Congreso obedecía a su condición de "estar español" y no de "ser español". Por lo oído, la diferencia residía en que su sentimiento significaba una "temporalidad material obligatoria". Supongo que el alarde léxico del esquerrà responde a esa tontería de "prometer la Constitución por imperativo legal", es decir, no jurarla, pero sí cobrar el sueldo. O también, "estar español" significa utilizar el privilegio de ser un representante del pueblo español para hacer todo lo posible por machacar a España, o mejor, "el resto del Estado", que en catalán es "la resta". En efecto, se trata de restar, no de sumar. No sé por qué, la imaginación se me va al diálogo más ingenioso que se ha podido escribir en la oprobiosa lengua de "la resta de L’Estat".
– ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
– Porque nunca se come, y se trabaja.
– Pues ¿qué es la cebada y de la paja?
– No me deja mi amo ni un bocado.
– Andá, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
– Asno se es de la cuna a la mortaja. ¿Queréislo ver? Miraldo enamorado.
– ¿Es necedad amar?
– No, es gran prudencia.
– Metafísico estáis.
– Es que no como.
Etc.
Eso es, uno puede estar español como está católico o metafísico. Claro que, en este caso, el señor diputado está español porque come a nuestra costa.
Francisco Javier Elena comenta "la última metecatez lingüística con la que me he topado". Se refiere a un reciente texto "una guía sobre racismo destinada a fines pedagógicos". El equipo de redacción está formado por 15 mujeres y tres hombres, y el proyecto ha sido encargado y financiado por FETE-UGT. Véanse algunos párrafos como muestra:
¿Qué es ser racista? ¿Qué es el racismo? Antes que a ningún manual sobre el tema recurrimos a las ideas que nos dieron los adolescentes que entrevistamos. El racismo según ellas es [...]
Durante la discusión los participantes deben contar cómo han adivinado qué etiqueta tenían, cómo se sentía tratado y qué reacciones provocaba en él la actitud de los demás. Es una forma de hacer consciente que todos tenemos estereotipos y prejuicios hacia los demás y que condicionan nuestra interacción con ellas.
Mª Paz Velázquez López (Madrid) comenta el reciente latiguillo de "los humanos" en lugar de "los seres humanos, el ser humano, las personas, los hombres, el hombre en genérico". En mi opinión esa sustitución se debe al gran predicamento que tiene la ideología feminista. Una de sus manías es que, si se dice "los hombres", se excluye a "las mujeres", lo cual es gran majadería. Lo siento, "majada" (lugar de reunión de los pastores) es femenino. La manía procede del inglés, donde men (= hombres, pero sobre todo varones) suele excluir a las mujeres.
José María Navia-Osorio (Oviedo) se refiere al abuso del "presunto". Pone un ejemplo de lo que sería lo políticamente correcto en este caso: "El presunto o presunta asesino o asesina Manolo Pérez, cuya opción de género se desconoce, ha apuñalado a Ramón González que presuntamente ha fallecido".
Se me ocurre que la corrección política debería ir más allá. Por ejemplo, "El presunto o presunta asesino o asesina Manolo Pérez ha apuñalado presuntamente a Ramón González. La presunta víctima presuntamente ha fallecido".
José María Navia-Osorio se maravilla de esa última joya del politiqués: "parece que ETA quería comprometer una vida" para indicar que la ETA intentó asesinar.
Juan José Torrens me cuenta que en la Universidad Pública de Navarra se celebran elecciones a rector y se presentan tres candidatos, todos varones. Pues bien, en la cartelería se seguía diciendo: "Elecciones para Rector o Rectora".
Ya de paso, don Juan José me pregunta si sé de algún estudio que investigue la relación que pueda haber entre religiosidad y otros aspectos de la vida corriente. No conozco ninguna monografía sobre el asunto. Pero en los cinco tomos deLa sociedad españolaque yo dirigí hace algunos años se encuentran abundantes datos sobre el particular. Así de memoria recuerdo que los católicos practicantes (en igualdad de sexo y edad) fuman menos y cuidan más su salud que el resto de la población. Es clásica la conclusión de Durkheim de que los católicos se suicidan menos que los protestantes. No creo que, en los casos de uxoricidio, haya muchos católicos practicantes; puede que ninguno.