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La Revista de Agosto

CRÓNICAS COSMOPOLITAS

Ingenieros de almas

Así definió Stalin a los escritores, y todos, tanto escritores como metalúrgicos, se desmayaban de emoción: ¡qué agudeza! ¡qué inteligencia! ¿quién sino Stalin era capaz de tal profundidad y comprensión de la labor creativa? Nadie, claro, se paraba en señalar el repelente espíritu productivista, utilitario de la fórmula. Los ingenieros construyen puentes, los escritores fabrican el “hombre nuevo”, el siervo consentido. Otra fórmula de Stalin, también se hizo famosa por aquellos felices tiempos: “El hombre es nuestro capital más valioso”. Y todos, y algunos más, epilépticos de entusiasmo, se revolcaban por los suelos, sollozando, ante esa cumbre de humanismo que sólo Stalin podía alcanzar.
Retrato de Arquímedes
EL LADO AMABLE DE LA CIENCIA

Errar es de sabios (y 2)

La ciencia se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad. La frase es de Julio Verne, un personaje tan sabio como visionario. Pero los gazapos científicos también pueden dar pasos hacia otros senderos que empañan dicha búsqueda de la verdad. Es éste el caso de lo que el químico Irving Langmuir denominó ciencia patológica, fruto de gazapos perpetrados por investigadores que anteponen sus intereses, sus preconcepciones, sus ideales o su propio orgullo a la crítica de sus colegas e insisten en su error, caso del ya mencionado Benveniste y la homeopatía, y de la fusión fría.
ORÍGENES DEL PENSAMIENTO PROGRE

El desfonde de la posmodernidad

Toda esta vastísima empresa contracultural, sólo sirvió para retrasar tal vez unas décadas el hundimiento del bloque soviético. Sin embargo, la labor de disolución de los ideales en los que se sustenta la sociedad libre característica de los sistemas occidentales, ha sido un éxito rotundo. Tan sólo una cultura degradada o una civilización dando sus últimas boqueadas, es capaz de asimilar el material de derribo esparcido por la vulgata marxista y adoptarlo como patrón de conducta.
Quiniela de los años 60
CRÓNICA NEGRA

El crimen de las quinielas

Julio López Guixot, el "asesino de las quinielas", nació en Murcia, de padre desconocido. Fue entregado a la Beneficencia, donde le impusieron el nombre de Julio Meseguer Linares, pero andando el tiempo, su madre, compadecida de él, lo reconoció y le dio sus apellidos. Quizá este comienzo marcó toda su vida. Algunos de sus amigos opinaban que Julio se pasó toda su existencia rumiando la afrenta de su nacimiento, por lo que odiaba a la sociedad y había generado un carácter áspero. Desde muy pequeño fue acogido por Teresa, una mujer bondadosa que fue su verdadera madre, de la que sólo se separó para casarse.
Padre de Franz Kafka
LECTURAS DE AGOSTO

Igual de solo que Kafka

Entre mis lecturas veraniegas tenía yo reservada la Carta al padre de Kafka. Era una especie de asignatura pendiente con ese autor pues cuando intenté leerla por primera vez, hace ya muchos años, me produjo un profundo desasosiego que ahora calificaría de decepción y que me obligó a dejarla. Kafka escribió esta carta en 1919, cuando ya le habían diagnosticado la tuberculosis y aunque muchos analistas intenten hacerla pasar por ficción (o al menos por artificio) no es sino un ajuste de cuentas muy parecido al que cualquier adolescente (¡pero él tenía 36 años!) descontento con su vida y su destino puede hacer a su aburguesado progenitor que desea que el joven artista se dedique a los negocios familiares y se aleje del gusanillo del arte.
COMER BIEN

La cocina mágica de Álvaro Cunqueiro

Encuentro en una librería un pequeño volumen titulado 'Viajes y yantares por Galicia' y firmado nada menos que por Alvaro Cunqueiro. Se trata de textos publicados en una revista que conoció su época de renacimiento entre mediados de los 50 y los 60 del siglo pasado, textos que yo, amante de la prosa de Cunqueiro, no conocía. Repaso los artículos dedicados a la comida y los vinos, y me reafirmo en lo que ya hace tiempo que pienso del gran escritor de Mondoñedo: una pluma magnífica, una imaginación literalmente fabulosa, unos conocimientos gastronómicos nada comunes... pero de los que ignoro, en cuanto se sale de la cocina gallega tradicional, cuánto tienen de cierto, de experiencias, y cuánto de invención; con Cunqueiro hay que estar siempre en guardia, porque nunca se sabe qué es ficción y qué es realidad.