Menú
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Para qué viaja tanto Chávez

Salvo estar agitando e insultando a quien en ese momento le toque su número en la lotería, la verdad es que los viajes del teniente coronel presidente, Hugo Chávez, no nos ha traído nada bueno. Y muchas veces, para vergüenza nuestra, nos hace pasar  sofocones, debidos por una parte a su ignorancia y por la otra a su irreverencia y al protagonismo que tanto le enloquece.

Los viajes del teniente coronel han sido en realidad de una inutilidad absoluta, excepto, claro está, para todos aquellos que se han aprovechado de sus debilidades y lasitud y para riquísimos inversores, principalmente brasileños y argentinos. En sus elucubraciones se ha empeñado en enriquecer otra guerra fría a su manera, guiñándoles ojitos a chinos y rusos, como si viviera en unas tinieblas, pues ni al uno ni al otro les entusiasma agriar unas relaciones que, diplomáticas y comerciales, trabajan a las mil maravillas. Los rusos, que no son tontos, se han aprovechado del hambre guerrerista a su manera del jefe de Estado venezolano, que está empeñado hasta comprar juegos de artificios a los rusos, pero como sabe que en esto los chinos aventajan a los primeros, dejó las armas para los rusos y los jueguitos artificiales para los chinos.

Hay un analista venezolano cuyo izquierdismo está fuera de toda duda, el doctor Domingo Alberto Rangel, quien dijo en un reciente artículo que no había ''nada más inútil que los viajes al exterior del presidente de la República''. No lo dice, pues, este humilde periodista que de izquierda sólo tiene un brazo y que sufre de las mismas desgracias que sufrimos la inmensa mayoría de los venezolanos que no somos miembros ni socios del club del teniente coronel presidente, ni tampoco nos interesa, porque para gente como el suscrito primero la dignidad está por encima de unos puñados de petrodólares mal habidos.

Hugo Chávez saluda al presidente de BielorrusiaAcertadamente, el doctor Rangel afirma que ''ninguno de ellos (los viajes) responde o ha respondido hasta ahora a un objetivo político nacional''. El teniente coronel presidente nos ha cambiado el primer mundo, con quien compartíamos y traíamos jugosos negocios a Venezuela y por consiguiente a los venezolanos, por iraníes metidos en no sabemos qué cosas en lo profundo de la selva amazónica, aunque nos la imaginamos, porque no es ningún secreto que es una región muy rica en uranio. Nos han traído productos de Bielorrusia, país con el último estalinista en el poder, que se sacó el primer premio porque estaba por allá lejos, olvidado, y su pueblo pasando penurias. China, que ha obtenido tantas cosas buenas, no nos ha traído una sola, apenas unas bicicletas que pesan más que un matrimonio obligado.

Se ha creado una guerra personalísima, hazmerreír en el mundo, con el presidente Bush, y luego con Uribe de Colombia. Al primero lo tiene amenazado con sesenta ametralladoras que esconde en el majestuoso cerro El Ávila en caso que a los marines se les ocurra ''invadirnos''; movilizó un número de soldados por vía terrestre hacia la frontera con Colombia cuando unilateralmente quiso guerrear con el vecino país ante la valentía y decisión de éste de darle hasta con el tobo a los narcoguerrilleros de las FARC. Por ahí se dijo que parte del equipo militar venezolano quedó inutilizado en la vía hacia la frontera, sin siquiera comenzar a guerrear.

¿Risible? Sí, risible, pero no para nosotros, los venezolanos a los que ha hecho protagonistas de una película o un mal serial que no nos interesa ni con el que tenemos nada que ver. Copió el ''socialismo, patria o muerte'', que ni siquiera en Cuba se ha visto obligado a exponerse, excepto cuando el célebre caso de Bahía de Cochinos. ¿Con quién quiere pelear el presidente Chávez? ¿Quiénes serán sus aliados? ¿Ortega, el nicaragüense vivísimo, el Correa con cara de monaguillo, el Evo que se ha salvado de milagro por no viajar en uno de los dos helicópteros Súper Puma que generosamente le regaló el teniente coronel presidente y se cayeron?

Señor teniente coronel presidente, ponga los pies sobre la tierra y dedíquese a nuestra politiquita tercermundista, que lo único que tiene es dinero, y no son pocos los que se han aprovechado del mismo. Déjenos tranquilos a los venezolanos con nuestras familias y permítanos producir lo que necesitamos para comer, sin demagogia barata y populismo de peliculita.

Raúl Pérez Lozano es periodista venezolano y coordinador general editorial del Bloque DEARMAS.

© AIPE
0
comentarios