Menú
CRÓNICAS COSMOPOLITAS

Defenderse o rendirse

Tenía razón Antonio Elorza al indignarse en El País el pasado día 20, porque sistemáticamente tantos pretender ocultar el factor religioso islámico en los problemas candentes del terrorismo, la peligrosidad de Irán y otros temas de nuestra sangrienta actualidad. Claro que para expresar estas opiniones que, hasta cierto punto, van a contracorriente de las de los suyos”, tiene que pagar peaje, sino no podría seguir publicando en El País. Peaje obligatorio es criticar a Bush, incluso de la forma más absurda.

Tenía razón Antonio Elorza al indignarse en El País el pasado día 20, porque sistemáticamente tantos pretender ocultar el factor religioso islámico en los problemas candentes del terrorismo, la peligrosidad de Irán y otros temas de nuestra sangrienta actualidad. Claro que para expresar estas opiniones que, hasta cierto punto, van a contracorriente de las de los suyos”, tiene que pagar peaje, sino no podría seguir publicando en El País. Peaje obligatorio es criticar a Bush, incluso de la forma más absurda.
Así, reconociendo, como nosotros y no Zapatero, ni Cebrián, que: “lo que está en marcha es una nueva guerra mundial, de tipo radicalmente nuevo (por los medios) y al mismo tiempo arcaica (por los fines), declarada por el integrismo islámico contra Occidente (...)”. Pero apenas ha escrito esta evidencia, huye despavorido, abandonado en su huída un mensaje para sus señoritos, en el que añade que para obtener “resultados favorables”, lo esencial en “no dejarse envolver como hizo Bush, en la lógica de la guerra” (sic). Si no se tiene en cuenta aquello del peaje obligatorio, no tiene sentido afirmar que para luchar contra esa guerra despiadada que nos ha declarado, lo esencial es evitar la “lógica de guerra”. Y sustituirlas ¿por la lógica de paz?, ¿ por la lógica de la rendición?, ¿por la lógica de la “alianza de civilizaciones”? Desde luego eso es lo que dicen y hacen tantos, porque en España como en otros países, no escasean los cobardes. Pero no es exactamente lo que pretende Elorza en este artículo.
 
Veamos otro punto: Fernando Savater ya había fingido “extrañarse” ante las declaraciones de Gema Martín Muñoz, justificando los atentados de Londres, por la tremenda represión que sufrían los musulmanes en el Reino Unido, según esta hurí del islamismo radical. Elorza, él, critica abiertamente las fantasías estipendiadas de esta señora, pero en cambio no la cita, sólo la designa como nuestra prolífica analista del tema”. No será Rosa Regás, aunque... O sea que, incluso cuando se apartan de la línea oficial del Comité Central, lo hacen con tantos remilgos y pagando tantos peajes, que equivale a una autocensura de estilo soviético (último periodo). A Savater, como a Elorza, y a pocos más de su misma banda, resulta evidente, pese a sus tapujos, que no les entusiasma nada aquello de la “alianza de civilizaciones”, patrocinada por Zapatero y el PDJ, Kofi Annan (PDJ no significa pendejo, sino Pendiente de Juicio), pero lo mismo no se atreven a decirlo.
 
Volvamos sobre esta “alianza”, que va a celebrar en breve su Primera Cumbre, en Baleares, se nos dice. De entrada, precisaré que no pasará de ser una “cumbre” más, un despilfarro de demagogia, de mentiras, de publicidad “pacífica” y de autobombo, algo así como un pequeño Kioto, e igual de inútil. Pero esta memez se merece un comentario, no por lo que vaya a realizar, sino por lo que esconde. Sabido es que los países organizadores, o los que van a liderar, o lo que sea, serán España y Turquía. Que yo sepa, el PSOE y su gobierno, son favorables a la adhesión de Turquía a la UE. Si ellos y los demás (incluyendo, desgraciadamente, al Reino Unido), logran su criminal propósito y Turquía pasa a ser miembro de la UE, sería porque, oficialmente y según ellos, es un país europeo, que comparte y ejerce los mismos valores democráticos, o sea que comparte la misma civilización. En tal caso la “cumbre” no tiene sentido, ya que se trata, y se pretende, una alianza entre civilizaciones diferentes. La realidad, evidentemente, nada tiene que ver, la realidad es que Turquía, que ayer tenía un régimen autoritario, más militar que civil, pero laico, que las exigencias de la Guerra Fría impulsaron a ser aceptada en la OTAN, más por su situación geográfica que por su intensa vida democrática, se ha convertido, desde que lo lidera Ercep Erdogán, en un país musulmán, cada día más integrista, o sea cada día menos civilizado, y además nunca fue europeo.
 
Evidentemente, al invitar a Turquía y no a Arabia Saudí, pongamos, Zapatero pretende demostrar, a la vez, que se puede dialogar y colaborar con un país musulmán y que ese país musulmán, Turquía, es tan “civilizado” que se merece entrar en la UE. Pero los términos de islamismo y civilización son tan opuestos que todo se resume en un torpe intento por dejar pasar el caballo de Troya del islamismo, hasta el corazón de Europa.
 
Ante tantos remilgos, componendas y cobardías; ante tantas mentiras repetidas machaconamente, ante tanto: “la culpa de todo la tiene el “trío de las Azores”, “el terrorismo es la única arma de los pobres” “la única manera de terminar con el terrorismo es terminar con la pobreza”, “los terroristas no son musulmanes, son criminales, el Islam es una religión pacífica”, y demás expresiones del miedo; ante tanto antisemitismo y odio a la democracia, que les hace preferir a Sadam Hussein o Bin Laden, a Bush y Blair, es una gran satisfacción intelectual encontrarse con un artículo como el de Laurent Murawiec en Le Figaro titulado: “La yihad no admite ninguna tercera vía” y comienza así: “El islamismo radical había atacado en Bali y matado 88 australianos y 38 balineses no musulmanes. La reacción de los australianos, en las antípodas de la de Zapatero y de las quejumbrosas letanías que se oyen en Europa, con el tema: no somos nosotros, son ellos”, fue la de reelegir al primer ministro, John Howard, aliado de Bush en la guerra (de Irak). Después de rendir homenaje a la resistencia británica, en todos los frentes, diría yo, pero pegando un palo, de paso, a la izquierda laborista que, cuando el ayatolá Jomeini lanzó su fatwa condenando a muerte a Saldam Rushdie, le insultaron a éste y dieron la razón ¡al ayatolá! Este artículo, que no tiene desperdicio, termina así: “... estamos en guerra. No hay ninguna concesión”, ninguna conciliación, ningún diálogo posible con el yihad moderno, Theo Van Gogh suplicó dialogar a quien iba a degollarle. Contra este yihad, no hay guerra defensiva, no hay guerra de defensa territorial. El islamismo ha paralizado y fagocitado buena parte de su entorno. Allí hay que hundir el hierro candente. Al mismo tiempo hay que apoyar y alentar las aspiraciones a la modernidad, a la libertad y a la democracia en el mundo arabo-musulmán. (...) Cuando la esencia de la civilización es causa de guerra, la neutralidad es imposible.
0
comentarios