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Agapito Maestre

Lo previsto y lo imprevisto

Salga, señor Rajoy, y diga algo que nos invite a quererlo. Imite un poco la actividad que tuvo Zapatero el pasado domingo. No desaprovechó el tiempo.

Zapatero tenía previsto apostar. Y jugó fuerte a la comedia de la inocencia: Zapatero es un perverso, pero el PSOE es la salvación. Rajoy a juzgar por su silencio no tenía otra cosa prevista que disfrutar de un fin de semana. Zapatero se va, pero se lo ha puesto difícil al PP y muy fácil a su partido. Zapatero es el presidente del Gobierno peor valorado de la historia de la democracia, pero eso no debe hacernos olvidar que Rajoy está aún mucho peor valorado que el funesto presidente saliente. Las espadas están en lo alto. Los ganadores y los perdedores aún no están decididos. Por otro lado, resulta inquietante que una decisión tan importante como la anunciada el sábado por Zapatero, nada más y nada menos que su retirada de la competición política, aún no haya sido comentada por el jefe de la Oposición. Raro.

Quizá los socialistas no digan la verdad de lo que están pensando, pero tengo la sensación de que el PSOE salió reforzado, después de ver las imágenes y las opiniones de los que asistieron a la reunión de la Ejecutiva Federal socialista. Contrastaba la opinión unánime de esa gente con el silencio de Rajoy y, sobre todo, con los titubeos de los dirigentes del PP. Porque no deja de ser un titubeo absurdo, casi infantil, enfatizar que Zapatero ha sido expulsado por su propio partido, cuando todos esperábamos que lo echara la Oposición. Zapatero, el hombre-partido por antonomasia de la política del último siglo, puede ser criticado por muchas cosas excepto por ser un hombre ajeno, o peor, enfrentado al Partido. Quien dice eso, en mi opinión, no tiene una sola idea sobre política socialista.

En fin, ahora empieza lo bueno. La política. Política mala y sucia o política para crear bienes en común. Política, en cualquier caso, para acabar definitivamente con España o, por el contrario, relanzar a este país como una nación más del mundo libre. ¿Conseguirá Rajoy ilusionar a los españoles con un proyecto político para sacarnos del atolladero socialista? ¿Conseguirá Rajoy hacer que los españoles se sientan libres dentro de la fatalidad socialista? ¿Conseguirá Rajoy ganar por mayoría absoluta? Está por ver; de momento, da qué pensar el silencio de Rajoy. ¿Acaso el líder del PP no tenía aún formado un juicio de situación sobre la dimisión de Zapatero? Es un horror que este hombre no haya dicho todavía esta boca es mía. La política también es visibilidad, amenidad y hacerse querer, o sea, lo contrario de un Rajoy invisible, anodino y vulgar.

Salga, señor Rajoy, y diga algo que nos invite a quererlo. Imite un poco la actividad que tuvo Zapatero el pasado domingo. No desaprovechó el tiempo. La explicación de su decisión fue atrevida, chulesca e, incluso, soberbia, pero puede que sea decisiva para su partido y para él. Fue pedagógico y dijo: "Rajoy ya no podrá meterse conmigo, porque me he marchado; ahora tiene que presentar su proyecto político". Tiene razón el de León. Los españoles queremos un designio político serio y razonado, un líder capaz de explicarlo y, por supuesto, un partido que lo haga creíble, pero, hasta ahora, no lo vemos por ninguna parte.

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