Que a propuesta de los consejeros nombrados por el PP se tomara, en el Consejo de Administración de RTVE, la decisión de una especie de control previo de los contenidos informativos, me pareció una manera de imponer la censura. Por fortuna, los dirigentes populares han reaccionado a tiempo y retirarán semejante barrabasada política. Dos lecciones podemos sacar de esta acción que, en mi opinión, va más allá de una simple metedura de pata.
Primera, la calidad democrática y la eficacia de un partido también se mide por la calidad intelectual y profesional de sus colaboradores. Los miembros de ese Consejo son nombrados por los partidos y, naturalmente, actúan al servicio de los patronos, pero sería deseable que hubiera no sólo un nivel de autonomía moral respecto al partido, sino un cierto decoro profesional. Y, ciertamente, con todos los respetos a las personas, uno ve los curricula de los consejeros y dan un poco de pavor. En segundo lugar, será necesario que estos consejeros, tanto si han actuado por iniciativa propia como por mandato del partido, reconozcan públicamente su error y se dejen de excusas "ideológicas". Esta medida inhabilita a esta gente en el presente y en el futuro para estar en esos órganos de la administración.
Liderazgo, programa, dirigentes, militantes y no sé cuántas otras cosas más determinan la calidad de un partido político; hay, sin embargo, un factor que es fundamental y, a veces, pasa desapercibido: se trata de elegir con tino y precisión a los colaboradores para determinadas tareas en órganos e instituciones de la Administración. El arribismo, el cambio de chaqueta y, en fin, todos los males derivados de la burocracia del partido, donde además de funcionarios existen "notables" o barones, no ayuda a elegir los mejores, pero este tipo de patinazos tendrían que ayudar a los dirigentes del PP a rectificar y, sobre todo, a prestar más atención a la hora de elegir a los colaboradores. Tiene que ser los mejores.
Esperemos que este asunto de la censura en RTVE se detenga definitivamente. Pero, además, deberían aprender los dirigentes del PP que no hay que crear problemas más allá de los que hay, y el primero de todo es el nivel de crispación creado por el PSOE antes de llegar al poder el PP. Pues que no deja de resultar singular, desde el punto de vista democrático, que a un partido político a dos meses de las elecciones, y antes de llegar al poder, se le está haciendo oposición como si estuviera dirigiendo el gobierno de España. Por ahí iba la decisión del Consejo de RTVE. ¿Cuál es la parte de culpa que tiene el propio PP en esta situación? Creo que la pregunta es, a todas luces, pertinente a dos meses de las elecciones.