Los medios de comunicación están encanallados, o sea, viven en un estado de absoluta anormalidad. Si fueran creadores de genuina opinión, tendrían que haber puesto el grito en el cielo por el procedimiento impuesto por el Gobierno para elegir a los consejeros de RTVE. Si la calidad democrática de un Gobierno se mide por el respeto a las leyes que emanan del Poder legislativo, es claro que el Gobierno de Sánchez acaba de saltarse toda la normativa legal que el Congreso de los Diputados venía elaborando en los últimos años para elegir de modo transparente los directivos y presidente del ente RTVE.
La calidad de una democracia se mide por el respeto a las leyes de su Gobierno y por la legitimidad que conquista cada día con sus tareas gubernamentales. ¿Cumple las leyes este Gobierno? Obviamente, no; no hay día en que no se sitúe al borde del abismo de la ilegalidad, o peor, interpreta la ley, por ejemplo, la ley de leyes, la Constitución, siempre a su favor. ¿Tiene legitimidad democrática este Gobierno? Alguna le daba la moción de censura contra Rajoy, pero ya ha quedado disuelta en un cúmulo de propaganda ridícula para hacerse con el control de los medios de comunicación del Estado. La manera zafia de asaltar el poder de RTVE por parte de los socialistas refleja su falta de respeto por la ley y el desprecio que tienen por la búsqueda de legitimidad democrática.
Cualquier relato sobre el procedimiento llevado a cabo por los socialistas de Sánchez para tomar el poder de RTVE, incluso el más proclive a las tesis del Gobierno, tendrá que reconocer que no sólo es un asalto del Gobierno para tomar el control absoluto de los medios de comunicación del Estado, sino que también es una manera de mostrar al respetable público, llamado pueblo, populacho o morralla, que gobernará este país a través de decretazos o reglas que siempre estén al filo de la ley.
Sánchez llegó al poder de modo extraño y, por supuesto, discutible en una democracia desarrollada. Sí, sí, ya va siendo hora de poner en cuestión la legitimidad de este Gobierno, apoyado por 84 diputados socialistas y por partidos políticos que no creen en la democracia parlamentaria del 78, o sea que están ahí para reventarla desde dentro ¿Qué legitimidad puede tener un Gobierno que se apoya en partidos que quieren destruir el régimen democrático? Ninguna. Sánchez ha dilapidado ya la poca legitimidad de origen que le daba la moción de censura. Y además carece de legitimidad de ejercicio, porque aún no ha presentado un programa de gobierno en el Parlamento español, no ha concedido una rueda de prensa con preguntas y respuestas a los medios de comunicación y, sobre todo, está concediendo a los golpistas todo lo que le piden, por ejemplo, negociar un referéndum para romper la unidad de España. Y así suma y sigue…
La legitimidad de este Gobierno está puesta en cuestión desde el mismo momento en que no lucha por tener legitimidad. Creen que todo está resuelto por repetir que llegaron de modo legal y legítimo al poder. Mentira. La legitimidad se conquista día a día. Por desgracia, Sánchez cuenta con unos aliados importantes para mantenerse en el poder, a saber, casi todos los medios de comunicación. ¿Cuántos medios de comunicación han puesto en cuestión la patraña del decreto-ley para asaltar el Consejo de RTVE? Pocos y muy débiles. Sobre esos pocos medios se mantiene la democracia del 78. El resto es encanallamiento, o sea, hacer como que vivimos en la normalidad, cuando el Estado de Derecho está roto.
Acostumbrados a vivir en la anormalidad, los medios de comunicación han vuelto a callar, o peor, a mentir sobre el procedimiento absolutamente ilegítimo que el Gobierno de Sánchez ha perpetrado contra la democracia española. La democracia no existe sin medios de comunicación creadores o educadores de opinión. De verdad. Los medios de comunicación en España son antes siervos de opinión que creadores de verdad.