Moción de censura. Si no ahora, ¿cuándo?
Los acontecimientos sufridos por la población valenciana con la DANA "Pedro Sánchez" son la gota, fría como una desgracia, que ha colmado el vaso.
Yo no sé qué tiene que pasar en este naufragio de país para que la oposición, y parte de los socios de este gobierno, si es que la decencia no ha muerto, se unan en una moción de censura de finalidad proelectoral contra un gobierno que está destruyendo la nación, el Estado, la moral civil y todo el espíritu que animó a la reconciliación nacional que dio paso a la Constitución de 1978.
Los acontecimientos sufridos por la población valenciana con la DANA "Pedro Sánchez" son la gota, fría como una desgracia, que ha colmado el vaso. Además de todo, este gobierno es ineficaz e inútil, salvo para sus intereses personales y partidistas, algo que se intuyó al principio, se divisó en la pandemia de hace unos años y que se ha comprobado descarnadamente ahora.
Que con 217 muertos, por ahora, miles de hogares destrozados y futuros miles de despedidos y arruinados no se considere el estado de emergencia o el de alarma o el de crisis de la seguridad nacional, es de una gravedad pavorosa. Por mucho que se trate de manipular los datos para hacer único y principal responsable de la mala gestión de la catástrofe al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, el verdadero responsable del caos y el abandono no es otro que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España.
Se ha dicho ya mucho acerca de lo ocurrido y se seguirá diciendo. Pero es hora de una acción práctica que termine de una vez con los desmanes, bulos y corruptelas de un Presidente y sus círculos próximos y provoque la reacción de la militancia de base de un partido que parece haber aceptado resignadamente que es mejor estar dirigidos por un tipo como Pedro Sánchez que por personas dignas y honradas.
Este sujeto se merece una censura nacional en toda regla porque es la Nación lo que se está descomponiendo desde que llegó a la secretaría general del PSOE. No sólo mintió y traicionó a Susana Díaz, sino que intentó dar un pucherazo en el partido cuando iban a defenestrarlo porque lo veían venir y engañó a todo el mundo con la autoría de su tesis doctoral. Cualquiera de estas tres cosas debería haberlo inhabilitado para dirigir un partido democrático.
Desde entonces hasta ahora, que sus allegados hayan traficado corruptamente con mascarillas en plena pandemia con miles de muertos, que usara el Covid-19 para eliminar a enemigos políticos como Isabel Díaz Ayuso, que cerrara ilegalmente Las Cortes, que haya gobernado por decreto como nunca antes, que se haya aliado con los enemigos de la unidad nacional con humillaciones insoportables al Estado, que haya triturado la solidaridad interregional, que nos haga aparecer internacionalmente como aliados de regímenes dictatoriales como el de Maduro, que "done" el Sahara español como si fuera suyo y al margen de todo derecho o que tenga a su esposa y a su hermano imputados, así como a otros allegados políticos, sería demoledor para cualquier persona aún con una mínima conciencia.
Para colmo, hemos sufrido una calamidad nacional y lo hemos visto en acción. Desde las flores y los cantos gurumajarachis (con Begoña) mientras la gente se ahogaba en Valencia al indeleble espectáculo vivido por su espantá indecorosa durante la visita de los Reyes (sin Begoña); desde su intento infame de hacer recaer la responsabilidad de todo el drama en Mazón haciendo creer que el Estado no tiene poder para intervenir cuando es necesario en una Comunidad Autónoma (que me lo pidan, ha dicho el sátrapa) hasta la marginación de la cúpula militar reglada de las decisiones y tantas cosas más, todo debe ser objeto de una censura ordenada y definitiva.
Que sí, que ya sabemos que con los apoyos parlamentarios, la moción no se podrá ganar. ¿Y qué? Se trata de que todos los españoles tengan presente, uno a uno, sucesiva y minuciosamente, todo los elementos del daño que este señor le está haciendo a toda España, incluso a su propio partido. Se trata de hacer visible que un monstruo ha venido a vernos. Que Felipe González, Alfonso Guerra, Juan Luis Cebrián ("un monigote frente a la catástrofe" le ha escrito) Joaquín Leguina, Nicolás Redondo, César Antonio Molina y algunos más abiertamente u otros más en la clandestinidad, le consideren un peligro para la igualdad y la integridad de España debería hacer pensar a muchos.
Todo el que haya leído desde la Constitución a la Ley de Seguridad Nacional o la Ley de Protección Civil[i], sea o no abogado del Estado, tiene claro que sólo hay un responsable de lo ocurrido: el presidente del Gobierno que, mediante un único decreto —y vaya, esta vez no lo ha hecho para Valencia—, podría haber acelerado toda la ayuda necesaria y no lo ha hecho. No quiero creer que, una vez más, el PP prefiera sacrificar al tal vez no muy diligente Mazón en vez de ir, con Vox y con quien esté dispuesto, a por el cabeza de la Gorgona: Sánchez y sus tentáculos principales Marlaska, Robles y Ribera, entre otros.
Ley de Seguridad Nacional, artículo 12: "Son órganos competentes en materia de Seguridad Nacional:
a) Las Cortes Generales.
b) El Gobierno.
c) El Presidente del Gobierno[ii].
d) Los Ministros.
e) El Consejo de Seguridad Nacional.
f) Los Delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas y en las ciudades con Estatuto de Autonomía de Ceuta y Melilla.
Mucho están tardando en anunciarla y es lo que pide el cuerpo. Ahora y en caliente. Y no me hablen de riesgos. Para riesgos, los de los afectados por la DANA.
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