El 1, su esposa y los M
¿Estamos más cerca de unas "elecciones electorales" después de esta semana tan escandalosa? ¿Anunciará "el 1" enamorado otra semana de reclusión?
Pilar Alegría tergiversa. Fueron el sujeto y el verbo más utilizados a principios de semana hasta que estalló el tanque de fango de la fachosfera. Incluso El País, aunque quizá por cartas de ajuste de cuentas ocultas, optó por la alegre tergiversación. Se referían al embuste que protagonizó la ministra, desde la mesa de portavoz del Gobierno, al valorar el auto de la Audiencia de Madrid sobre la investigación del juez Peinado en el caso Begoña-Sánchez.
En todo caso siempre sería más adecuado "Pilar Alegría trabuca". Lo otro resulta demasiado sofisticado para una ministra más acostumbrada a las soeces y a criticar que el PP sólo piense en pedir adelanto de "elecciones electorales".
Y eso que se llama Pilar Alegría Continente, tres sustantivos comunes y propios a la vez y hasta polisémicos. Pues ha de contener su alegría Pilar porque la cosa ya no anima a la sonrisa, más bien al pánico. De haber sido el PP el sujeto de los fangosos titulares, con el primero de Begoña ya estaría el patíbulo intransitable. Vista la semana, aquí asoma casi medio cuerpo la peor trama corrupta de la que hayamos tenido noticia jamás.
Eso sí, se mantienen las tendencias. El caso Sánchez ya trae sus motorolas, sus tramas verdes y azules y, por descontado, sus puticlubs… como antaño. Falta algún astuto espía, militares extranjeros, o curtidos maderos dispuestos a tirar de minúsculas mantas. A cambio hay toda una dictadura, la de Maduro y Delcy; una agencia de la ONU, la de Turismo, y hasta una línea aérea, Air Europa.
Quedan en el gobierno algunos que quizá estén experimentando una angustiosa sensación de repetición de lo vivido, eso que los franceses han conseguido resumir en déjà vu. A bote pronto, Margarita Robles, que entonces hacía tándem en Interior y Justicia con María Teresa Fernández de la Vega a las órdenes de Juan Alberto Belloch, un aprendiz al lado de Félix Bolaños. Hasta los apodos para los seres superiores se parecen: ayer, "el one"; hoy, "el 1". Casi nada ha cambiado.
Como siempre sucede en estos casos, la trama es compleja y a veces puede disuadir al lector. Es lógico: la corrupción necesita vericuetos fiscales y morales para respirar y crecer. Sin embargo, el resumen suele ser mucho más sencillo y se reduce al enriquecimiento personal ilegal usando el poder como moneda. Y claro, el poder termina rezumando por todas las costuras del podrido morral. Por ahí asoman la Fiscalía, policías, guardias civiles, ministros, algún empresario y familiares. Esta vez dos y de altura: un hermano —clásico del PSOE— y la esposa del presidente del Gobierno. Por usar la terminología del glosario al uso, ya han aparecido en escena "el 1", su familia y varios "M", entre ellos "el M de Sanidad", entonces Salvador Illa, y Nadia Calviño como última incorporación.
Todo lo que sabemos hasta la fecha está contrastado y de todo ello tenía conocimiento el presidente, como se ve hasta en las capturas de mensajes de móvil que Ábalos enviaba a Koldo, "el último aizkolari socialista, un ejemplo para la militancia" (Pedro Sánchez, junio de 2014). ¿El aterrizaje a todas luces ilegal de Delcy Rodríguez en Madrid-Barajas? "Bien". Y ahí se fueron, a pie de pista, el ministro, su escudero Koldo y el hombre de Begoña, perejil de todas las salsas, Víctor de Aldama ("V"). En juego, cientos de millones entre el rescate de Air Europa, las barras de oro de Venezuela y lo que falte por asomar. Que se sepa fueron 40 maletas cargadas en furgonetas con matrícula del Cuerpo Diplomático. "Bien".
Queda por repasar la decena de versiones que ofreció el ministro Ábalos ("jefe") sobre la visita de "la jefa" Delcy (también "VP", por vicepresidenta), a las que habrá que añadir las de La Moncloa y del propio Sánchez: que el avión aterrizó para que estiraran las piernas los pilotos; que, en realidad, Ábalos evitó con su llegada a pista un incidente diplomático o que sí se sabía lo del viaje pero cuando se enteraron de que Delcy no podía pisar suelo europeo, se canceló la visita. Vaya… pues qué desobediente Ábalos y qué despistado Sánchez porque la sanción pesaba sobre "VP" desde 2018. Menos mal que Alegría Continente, cortavoz del Gobierno, ha salido a zanjar el asunto calificando el momento como "no-reunión" porque no se produjo:
"…por lo tanto no se celebró, como ha podido trasladar el presidente del Gobierno, esa no-reunión".
Quizá otra captura de pantalla de Torrente Ábalos, con el pitillo en la comisura de los labios y un ojo guiñado por el humo, aclare también su reunión con "el 1" y con la "M" de Economía del momento, Nadia Calviño, para hablar de Air Europa mientras Begoña Gómez se veía en formato de "no-reunión" con otro protagonista del culebrón, Javier Hidalgo, consejero de Globalia, holding al que pertenece la compañía aérea.
No cabe abrumarse. Hasta la serie más compleja de televisión se puede seguir sin necesidad de retener todo el tiempo todos los datos y apenas queda fango en Moncloa para esconder el arca de las miseras. Y eso que todavía no hemos entrado de lleno en las cátedras de Begoña que, a este paso, van a quedar en corrupto adorno. Parece que lucirá más San Petersburgo.
Qué será de Sánchez
El Congreso del PSOE que se celebra el 30 de noviembre en Sevilla, 50 años después de aquel de Suresnes en el que Isidoro se hizo Felipe, promete ser —si llega— un hervidero. Lo preside con intenciones vitalicias "el 1", pero a nadie se le oculta que está en su momento de mayor debilidad... y agresividad. ¿Cuántos Pages se van a empollar la Summa Begoniae, para discutirle la legitimidad? Ni uno, por supuesto, que requiere esfuerzo, y en la mente de todos persiste el amargo recuerdo de la vuelta del defenestrado Sánchez, guadaña en mano.
¿Estamos más cerca de unas "elecciones electorales" después de esta semana tan escandalosa o les basta con llevar el cadáver de Ábalos a Sevilla para decir que ahí yace toda la corrupción? ¿Cuántos "M" harán de fusibles para salvar La Moncloa? ¿Anunciará "el 1" enamorado otra semana de reclusión? ¿Se indignarán —ironía— el PNV, la ERC y demás socios ante la trama corrupta como hicieran en tiempos de la sentencia-morcilla del juez De Prada contra Rajoy?
Cada día tiene su afán. Pero antes de Sevilla cae alguien más que el M del pitillo.
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