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Carmelo Jordá

El árabe y wólof son maternos, el español no

A los ojos de Más País en particular y de la izquierda en general hay nativos de primera y nativos de segunda.

Mónica García e Íñigo Errejón. | EFE

En la permanente exhibición de supuestos buenos sentimientos que es la política de izquierdas, como ya explicó el gran Santi González en su magistral análisis del zapaterismo –Lágrimas socialdemócratas–, pocos partidos alcanzan el nivel de virtuosismo que exhiben Más Madrid y sus hermanos mayores –¿o son los menores?– de Más País.

Nadie le pone a la cámara una mirada tan triste ante la injusticia como Errejón, nadie parece tan indignado por cualquier cosa como la MÉdica y MAdre, nadie muestra su desprecio por las políticas depredadoras de las derechonas con el estilo y la elegancia natural de Rita Maestre.

Y nadie se preocupa por los pobres inmigrantes –aunque les llamen ese horror de palabra que es migrantes– tanto como ese partido, que en su búsqueda permanente del bienestar ajeno ha pensado que la solución a los problemas de los extranjeros que viven en Lavapiés pasa por favorecer el uso del árabe, el bengalí y el wólof.

Quieren los de MÉdica y MAdre y Maestre que los carteles de centros municipales de Madrid estén en estos tres idiomas, además de en español, claro; que las bibliotecas se hagan con libros en estas lenguas y que sean objeto de talleres y cursos para que se puedan aprender.

Pese a que la propuesta venga de donde viene y tenga la intención que tiene, la cosa sería opinable, no crean: en el metro de Nueva York hay carteles en un montón de idiomas porque lo que quieren es que la gente los entienda, que en una biblioteca pública haya libros en una lengua que leen muchos habitantes de la zona no es descabellado y, finalmente, mejor un curso de wólof que uno de nuevas masculinidades, por poner el primer ejemplo.

No, lo que tiene guasa de la propuesta de los errejóners es la razón que aducen para todas esas benéficas acciones: que el árabe, el bengalí y por supuesto el wólof son "idiomas maternos de las comunidades migrantes". Anda, mira qué bien Más País, cómo se preocupa por los idiomas maternos de la península arábiga, el subcontinente indio y el oeste africano, qué buenos son estos chicos.

Lástima que ni a Rita Maestre, ni a MÉdica y MAdre ni al propio Errejón se les haya visto nunca una preocupación similar por el idioma materno un poco más allá de Lavapiés, por ejemplo en la Cataluña donde miles de españoles –y me imagino que también algún migrante latinoamericano– no pueden estudiar en su idioma nativo porque la inmersión en el sistema nacionalista es más importante que eso.

No, no busquen esa declaración, esa pregunta ni esa propuesta de Más País sobre el español en Cataluña no la encontrarán. Al contrario, lo que sí podrán rastrear en las hemerotecas es cómo con su exigua fuerza parlamentaria este partido contribuyó, por ejemplo, a la aprobación de la infecta Ley Celaá, que como bien sabrán ustedes incluyó en su articulado la eliminación de la obligatoriedad del español como lengua vehicular.

Y es que está claro que a los ojos de Más País en particular y de la izquierda en general hay nativos de primera y nativos de segunda. ¿Alguien sabe cómo se escribe igualdad en wólof?

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