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Zoé Valdés

Diabólico Frei Betto

Yo no perdono a los cómplices de esos asesinos. Los cubanos tampoco debieran hacerlo.

Flickr/CC/World Economic Forum

En enero del 2021, en Matanzas, Cuba, murió la niña cubana de cinco años Nayelis de Jesús Montalvo Hernández. Falleció en el Hospital Municipal Mario Muñoz Monroy, de la localidad de Colón, debido a un paro respiratorio. No fue posible llevarla al Pediátrico de una ciudad más importante pues no hubo ambulancia con los equipamientos requeridos para hacerlo.

Como ven no hay ambulancias para el pueblo, pero sin embargo Francia no para de donarle al régimen patrullas de policías equipadas para reprimir incluso a menores. Eso no lo ve Frei Betto.

A inicios de diciembre del 2021 murió de hambre después de un desmayo en el colegio otra niña. Sí, de hambre. Su nombre: Soraima García. Era diabética, su familia no había podido darle de comer el día anterior, ni esa mañana tampoco pudieron darle algo para desayunar. Tras desmayarse en el aula de su escuela, la llevaron a urgencias del hospital, pero demoraron tanto que allí murió. Tenía trece años. Pero de eso tampoco quiere enterarse Frei Betto.

No son ellas las únicas cubanas que han muerto de hambre y de negligencia médica. No me vengan con lo del embargo norteamericano porque probado está que en Cuba se venden productos estadounidenses y la primera entrada de divisas en la isla proviene de Estados Unidos, según cifras de la CEPAL. El único bloqueo que existe en Cuba es el que le hace ese régimen a ese país desde hace ahora más de sesenta y tres años.

El 11 de julio de 2021 la mayoría de un pueblo oprimido, entonces por más de 62 años, salió a las calles a exigir libertad. Más de seiscientos arrestos y un muerto es la cifra oficial. El asesinado: un joven negro, tiroteado por la espalda por la policía castrista. Ese ha sido el espantoso saldo de la represión, otra más durante el castrato.

De los detenidos hay doce menores de entre 13 y 17 años de edad, condenados a penas que van de cinco a treinta años de prisión. Frei Betto tampoco ha intentado enterarse de lo que pasó desde el 11 de julio en Cuba hasta la fecha.

A Frei Betto, íntimo amigo de la mafia que mal gobierna en Cuba, íntimo del diablo, o sea de Fidel Castro, e íntimo del hermano del diablo, o sea, de Raúl Castro, e íntimo también de toda la parentela del diablo, de sus herederos, todos vagos comunistas, lo único que se le ocurre comentar, después de haber ido a comerse la comida de los cubanos y a burlarse de ellos, es que en Cuba no hay hambre, sino que por el contrario ¡los cubanos tienen demasiado apetito! Según este mensajero del diablo, los cubanos comen demasiado porque tienen demasiado apetito. Frei Betto confunde seguramente a los barrigones militares del régimen, que lo reciben a él por todo lo alto en la isla, con el hambriento pueblo cubano.

Hace rato que quiero dejar claro algo con relación a Frei Betto. Este esbirro castrocomunista no tiene nada que ver con Dios. Este agente de la sovieticada y el aparato de la isla no es más que un huele culo de los represores de los cubanos. Que nadie se atreva delante de mí a mencionar a Dios cuando se hable de este sujeto, que no es más que otro de la soldadesca del demonio.

Frei Betto debiera recibir su merecido, y en cuanto se pueda los monjes dominicos debieran excomulgarlo y quitarle todo poder como religioso. ¿Quién carajo es Frei Betto para hablar por el pueblo cubano ni por ningún pueblo? Un mentecato vendido al comunismo de la Teología de la Liberación que le ha hecho un daño sin igual a los cristianos. Un traidor, un miserable, un auténtico representante del diablo en la tierra. Eso es lo que es Frei Betto, un delincuente y un criminal. Por mí que se pudra lo más pronto posible, y que Dios lo perdone, si quiere. Yo no. Yo no perdono a los cómplices de esos asesinos. Los cubanos tampoco debieran hacerlo. Es más, los cubanos debieran enjuiciarlo en el futuro por colaboracionismo con el horror que han vivido.

Frei Betto, ¡váyase al diablo! O sea, váyase con su Fidel Castro al mismísimo carajo.

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