Contra el antisemitismo
Honrar a las víctimas del Holocausto no consiste solo en hacer homenajes a los muertos. Hay que respetar a los vivos.
Fue un 27 de enero de 1945 cuando el mundo asistió horrorizado a las imágenes que aún hoy están fijas en las retinas de todos los amantes de la libertad y la democracia. Más de 900.000 judíos fueron asesinados en Auschwitz. Otros cinco millones lo fueron en el resto de campos de exterminio nacionalsocialistas. No es casual que el parlamento europeo aprobase recientemente una declaración de condena de los totalitarismos que asolaron Europa en el siglo XX, a saber, comunismo y nacionalsocialismo.
El antisemitismo, que también causó estragos en la Europa comunista, debería haber desaparecido tras ese horror. Pero no. Hoy, el antisemitismo moderno, igual de excluyente y totalitario que el del siglo pasado, se esconde detrás de asociaciones con supuestos fines humanitarios e iniciativas de exclusión y odio. En España son decenas de ayuntamientos, como por ejemplo el de Rivas Vaciamadrid, los que aprobaron declaraciones ELAI (Espacio Libre de Apartheid Israelí), por las que se prohíbe la contratación de cualquier persona vinculada con el Estado judío. Declaraciones revocadas por la Justicia. Y deportistas, empresarios, actores han sido vetados por el mero hecho de ser judíos sospechosos o tener relaciones comerciales con Israel.
Asociaciones animalistas como el Santuario Salvando Peludos o el gallego Santuario Vacaloura han hecho suya dicha declaración judeófoba, que llega a los medios de comunicación, universidades, instituciones, colegios y al mundo de la cultura de la mano del israelófobo BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), considerado por la ONU desde 2019 como un movimiento antisemita moderno. En apenas nada se diferencian estas declaraciones de la de Judenfrei (espacio libre de judíos) impulsada por el régimen nacionalsocialista de Hitler antaño. Que hoy defiende la extrema izquierda en España.
Es algo intolerable en una sociedad abierta. Por eso, desde el Grupo Popular de la Asamblea de Madrid hemos impulsado un proyecto de ley, con remisión al Congreso de los Diputados, cuya finalidad es prohibir que estas entidades, sembradoras de odio y discriminación, reciban subvenciones públicas. El proyecto de ley ha sido aprobado con los votos a favor de PP, PSOE y Vox. Podemos, cómo no, votó en contra. La coincidencia entre nacionalsocialistas y comunistas, es decir, entre totalitarios, sigue tan vigente como cuando Stalin y Hitler firmaron sus acuerdos. Más Madrid, por su parte, intentó soplar y sorber a la vez, quedándose en una cobarde abstención y haciendo un discurso que justifica la exclusión.
Iremos al Congreso y defenderemos que España es una sociedad abierta, inclusiva, en la que no se tolera el odio y la discriminación. Honrar a las víctimas del Holocausto no consiste solo en hacer homenajes a los muertos. Hay que respetar a los vivos.
Almudena Negro, diputada del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea de Madrid.
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