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Pablo Molina

Diecisiete Harry Callahan

Es como si en el PP estuvieran haciendo de idiotas útiles de sociatas y bolivarianos, sumándose a este vendaval de prohibiciones.

Los servicios de salud constatan que la mayoría de los contagios por coronavirus durante las pasadas Navidades se produjo en el ámbito familiar; en consecuencia, los Gobiernos autonómicos decretan el cierre de los negocios de hostelería hasta nueva orden. Es una de las pocas decisiones que concitan el apoyo unánime de socialistas y populares, enésima prueba de que, a la hora de intervenir, no hay excesivas diferencias entre los hunos y los hotros.

El Gobierno fracasó estrepitosamente en la primera oleada y ha puesto las mejores bases para que esta tercera avalancha sea aún más devastadora, pero socializando la responsabilidad de manera inteligente entre todas las autonomías. El resultado es que Sánchez no tiene nada que ver con la catástrofe que se está gestando; eso es cosa de Ayuso y los otros presidentes autonómicos del PP. Su Persona solo está para anunciar que se ha vencido al virus, como hizo el verano pasado camino de su residencia de vacaciones.

Así, a primera vista, es como si en el PP estuvieran haciendo de idiotas útiles de sociatas y bolivarianos, sumándose a este vendaval de prohibiciones en lugar de denunciar el fracaso estrepitoso de la estrategia de vacunación del Gobierno y su incapacidad para gestionar una crisis sanitaria cuyas consecuencias está cargando sobre las espaldas de empresarios y familias, especialmente si viven de la hostelería. Pero no es torpeza; es cálculo político.

Les da igual condenar a la ruina a no pocos negocios y enviar al paro a cientos de miles de trabajadores, a los que se les impide ganar el sustento. Lo importante es aparecer diariamente en los medios con semblante grave anunciando medidas cada vez más restrictivas, en una especie de competición aciaga en la que ellos ganan y todos los demás perdemos. Porque el drama es que hacerse un Harry Callahan contra el coronavirus a costa del contribuyente sale muy rentable en términos de popularidad.

¿Quiénes son los que mejor luchan contra la pandemia? A efectos mediáticos, desde luego no los Gobiernos que más han preservado el tejido productivo de sus regiones, sino los que imponen toques de queda abusivos y ordenan el cierre de bares y restaurantes con mayor antelación. Así está el tema. Y, ojo, que el concurso no ha finalizado aún.

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