Irene Montero 'es' el Gobierno
Una mezcla explosiva de fanatismo, incompetencia, falta de preparación y sociopática indiferencia ante las consecuencias de sus actos.
Como el resto del Gobierno, la ministra de Igualdad, Irene Montero, era perfectamente consciente del grave riesgo que entrañaban, en plena pandemia global del coronavirus, las manifestaciones ultrafeministas del 8 de Marzo. La pareja del vicepresidente Iglesias lo reconoció justo al día siguiente, mientras se preparaba para conceder una entrevista a la televisión autonómica vasca, tal y como ha podido constatarse este lunes, tras la filtración de unas imágenes que han provocado consternada estupefacción general.
En ellas, la insensata Montero confiesa ser consciente del gravísimo problema sanitario que comportaba la expansión de la pandemia y el tremendo peligro derivado de los inevitables contactos físicos que se producen en manifestaciones multitudinarias como aquella a la que concurrió como figura destacada la mera víspera. Lo sabía pero calló. La ministra comunista reconoció además que el descenso en la asistencia se había debido al coronavirus; pero "no lo voy a decir", advierte sin vergüenza.
Terrible pero cierto, Irene Montero es lo que es este Gobierno: una mezcla explosiva de fanatismo, incompetencia, falta de preparación y sociopática indiferencia ante las consecuencias de sus actos. Los peores en el peor de los momentos, como denunció Rosa Díez.
El mismo día en que la ministra impresentable hacía su confesión imperdonable, su semejante Salvador Illa, ministro de Sanidad, y el calamitoso experto Fernando Simón mantenían una reunión con el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero. Según ha desvelado El Mundo, éste trató por todos los medios de que el Gobierno central adoptara medidas con urgencia para evitar el colapso del sistema sanitario madrileño. Con una frialdad escalofriante, los lacayos de Pedro Sánchez guardaron silencio cuando Escudero les preguntó si acaso pensaban que la pandemia global sólo iba a hacer presa en Madrid. Un silencio clamoroso que da cuenta de la miserable calaña de ambos.
El resultado de la imprevisión, la incompetencia y la negligencia criminal del Gobierno del socialista Pedro Sánchez y el comunista Pablo Iglesias han sido más de 40.000 muertos y una crisis económica pavorosa, que va a llevarse por delante millones de empresas y puestos de trabajo.
Las palabras de Irene Montero el 9 de marzo no son sólo el desliz de una persona incompetente en grado superlativo, sino sobre todo el reconocimiento de que el Gobierno era consciente del riesgo. Las consecuencias han sido tan catastróficas que su responsabilidad ya solo puede dirimirse en el ámbito de lo penal.
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