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EDITORIAL

El accidente Simón

Para 'accidente', este Fernando Simón impresentable que sirve lacayunamente al Gobierno más incompetente. Maldita la gracia que tienen.

Que Fernando Simón no ha estado a la altura de las circunstancias en la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus es algo que los hechos han demostrado con una contundencia formidable.

Habría sido maravilloso que todo se hubiera desarrollado como Simón predijo con sobrada calma. Es decir, que apenas hubiera habido contagios y que el sistema sanitario no se hubiera resentido en lo más mínimo ante esta suerte de nueva gripe que no precisaba de mayores medidas de prevención. Pero no: la realidad, la pavorosa realidad es que el covid-19 ha segado la vida de decenas de miles de españoles, colapsado los hospitales y arrasado con la economía nacional.

Simón no supo o no quiso darse cuenta de la gravedad de lo que se nos venía encima, no alertó a las autoridades pertinentes o no se hizo valer y, de hecho, se convirtió en la coartada científica para el Gobierno del 8-M, tremendamente responsable de que hayamos sido uno de los países más azotados por la pandemia.

Tanto si de verdad no se enteraba de nada como si, aun peor, se dejaba utilizar por el Gobierno Potemkin de la incesante propaganda, la responsabilidad de Simón por lo clamorosamente mal que se actuó en las primeras fases de la pandemia es insoslayable, y debió haberle costado el puesto hace ya mucho, llevado a dimitir luego de pedir perdón públicamente.

Lo perturbador es que su gestión posterior ha sido igual de patética y peligrosa, con sus cambios injustificados de criterio, la ocultación sistemática de datos, las contradicciones, las mentiras… Para colmo, a todo lo anterior hay que sumarle una actitud entre atolondrada y soberbia que le lleva a protagonizar anécdotas grotescas que revelan una intolerable falta de respeto hacia una ciudadanía a la que parece tomar por idiota. Así, este jueves ha tenido el cuajo de decir que las dramáticas cifras de fallecimientos que desvelan los informes de excesos de mortalidad se pueden atribuir a varias causas, como "un accidente de tráfico enorme".

Como en cada ocasión en que ha tenido la oportunidad de dar información de calidad a los españoles, Simón ha preferido este jueves ocultar la verdad y hacerlo además con comentarios fuerísima de lugar en un país donde ni siquiera se sabe cuánta gente ha muerto por el covid-19. Y no se sabe en gran medida por culpa de un Simón que maldita la gracia que tiene.

Para accidente, pues, este Simón impresentable que sirve lacayunamente al Gobierno más incompetente. Maldita la gracia que tienen.

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