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Federico Jiménez Losantos

Después de Franco, la Cruz y la Corona

Ante este alarde de golpismo histórico, el PP y Cs, ni saben ni contestan.

"Esto no ha hecho nada más que empezar", confió feliz en la Ser a la "querida Pepa" (Bueno) la ministra de Justicia, tras haber participado en la profanación de la tumba de Franco, la humillación de la familia y el hórrido espectáculo de necrofagia electoral montado por el Gobierno: más de 500 periodistas acreditados para demostrar al mundo que ahora sí que España, gracias a Sánchez, va camino de ser una democracia. Hasta ahora, habíamos padecido 42 años de franquismo, la mayoría bajo gobiernos del PSOE, para mejor disimular, pero franquismo al fin, como siempre han dicho la ETA, el separatismo catalán y los comunistas de Podemos, que, como la ETA, condenan la participación del PCE en la Transición a la democracia. Ahora, el PSOE asume estas tesis rupturistas. Y ante este alarde de golpismo histórico, el PP y Cs, ni saben ni contestan.

Perfil ético de los asaltatumbas

El perfil ético de los políticos que han perpetrado esta ceremonia siniestra lo marcan el autor de la tesis Cum Fraude, su Vicepresidenta -que sólo quince días antes aseguró que no habría medios de comunicación para no perturbar la intimidad de la familia- y la propia ministra de Justicia, cuyo contacto delictiva con las cloacas judiciales y policiales comprobamos en las grabaciones del comisario Villarejo, que le comenta que tiene un prostíbulo clandestino para chantajear a empresarios, políticos y jueces, "información vaginal", según sus palabras, y la "querida Lola", que diría la "querida Pepa": lo celebra así: "éxito asegurado". Villarejo compartía amistad y clientela con Garzón expulsado de la carrera por prevaricación, que presume así de su intimidad con Delgado: "ésta bebe de mi copa".

La entonces fiscal añade en la grabación que conocía a fiscales y jueces del Supremo que fueron "de menores" en Colombia, que prefiere jueces "hombres, porque se les ve venir" y valora así al ahora ministro del Interior: "¿Marlaska? ¡Ese es maricón!". Ni denunció los delitos que le contaban ni los que contó. Pero en pago a la sentencia contra el PP del íntimo de Garzón y Batasuna, De Prada, clamorosamente descalificada por la Audiencia, es ministra de Justicia. Hecha a la política de contactos, su última hazaña ha sido la de contactar con la Justicia italiana para ayudar a la secuestradora Juana Rivas, también condenada por la Justicia española. Pues bien, esta fiscal que debería estar tan apartada de la Justicia como su entrañable Garzón, actúa como Notaria mayor del Reino. Ética asegurada.

Necrosánchez quiere otros 34.000 cadáveres

Compitiendo en alegría y función profesional con García Ferreras, el presidente de Funeraria PSOE explicó al de las tres capas de calzoncillos:

"Hemos empezado ayer a resignificar el Valle de los Caídos porque las 34000 víctimas de la dictadura ya descansan en paz porque el verdugo ya no descansa con ellos. A mí me parece que debe ser un lugar de justicia y de perdón, es decir, un lugar de reconciliación" (…) "La deuda no está saldada del todo. Necesitamos reparación, justicia, dignidad... apoyar e impulsar las exhumaciones para que los restos de sus familiares puedan ser sepultados como se merecen". Y la ministra de "información-vaginal-éxito-asegurado" confió a su "querida Pepa" que la "resignificación" del Valle podía tener como modelo el Museo del Holocausto. Supongo que el de Jerusalén, aunque con esta pandilla de indocumentados nunca se sabe.

Que Casado y Rivera se hayan callado tras estas declaraciones nada menos que del Presidente y la Notaria de Profanaciones del Estado no se debe sólo a que se abstuvieron o apoyaron en el Parlamento el proyecto de necrofagia guerracivilista del PSOE y sus socios comunistas y separatistas. El problema esencial de esta derecha es de orden moral, porque el día de la profanación del Valle de los Caídos Casado se limitó a hablar de la EPA, y Rivera, al día siguiente, dice que el centro es "no estar con los inhumados ni con los inhumadores". ¡Como si hubiera habido más de un inhumado o como si esperase a esos 34.000 que ahora quiere exhumar Pedro Sánchez! Por cierto, de los 34.000 cadáveres que Sánchez quiere exhumar en las urnas, la mitad al menos lucharon junto a Franco. ¿Lo creerían su verdugo?

De la la cruz del Calle a la Cruz y la Corona

Además de su incuria moral, de su falta de patriotismo y de su nula sensibilidad estética ante la profanación de la tumba de un muerto ante sus nietos, que imagino que ambos ven como modelo para tratar a sus abuelos, Casado y Rivera sientan plaza de idiotas al no ver el calado del proyecto de Sánchez. Como la Conferencia Episcopal, que ha callado a cambio de un año de silencio administrativo sobre el IBI, el PP, hijo de los dos partidos fundados por franquistas, la AP de Fraga y la UCD de Suárez, no se entera o no se quiere enterar de que detrás de Franco va la Cruz, y detrás de la Cruz, la Corona, reimpuesta por Franco como forma de Estado y que la Constitución de 1978 resignificó como la monarquía parlamentaria actual.

No sólo la Cruz del Valle, que es incompatible con la demolición de la abadía y el templo para convertirlo en un homenaje a los que fusilaban a Cristo Rey en 1936, violaban, torturaban y asesinaban a casi 8.000 monjas, curas y frailes, y a decenas de miles de católicos sólo por el hecho de serlo. Delgado y Sánchez ya han dicho que el asalto a la tumba de Franco es el primer paso para "acabar con la herencia del nacional-catolicismo". Claro que Blázquez y Osoro, que siguen canonizando mártires de la Guerra Civil tras pedir perdón "por el comportamiento de la Iglesia en el franquismo" pueden decir que se han adelantado en la execración de aquel régimen que salvó a los católicos, recristianizó España y fue ensalzado, amedallado y enaltecido por todos los papas y por todos los responsables de la Iglesia Española, sin excepción. Mientras vivió, claro. Ahora no lo conocen.

"¡Profanaréis como en el 36!"

Recomiendo al respecto el esclarecedor librito "La Iglesia reconoció a Franco. Declaraciones de la Iglesia sobre la figura de Francisco Franco y la Guerra Civil. Desde 1936 a 1975" (Ed. Producciones Armada. 2019) Si, tras leerlo, no sienten vergüenza los representantes de la Conferencia Episcopal injustamente llamada Española, porque tolera el satanismo de los curas separatistas catalanes, como antes de los curas proetarras vascos, será que la obediencia al Papa kirchneriano, que acaba de traicionar también a los mártires chinos al aceptar una iglesia subordinada al Partido Comunista, les prohíbe reconocer la palabra, el concepto y la conducta a que obligan.

Sé que, para muchos católicos, incluida la mayoría de los obispos, habrá sido humillante y mortificante ver el horrendo espectáculo necrófago de los herederos de los que destruyeron tantas vidas de ministros y fieles y el patrimonio histórico de la Iglesia entre 1936 y 1939, persecución de la que les libró Franco. Y aún se habrán sentido peor al ver la desprotección en que la Iglesia ha dejado a los monjes del Valle, que serán los próximos expulsados del futuro museo de la Checa. Quedémonos con ese admirable prior que ha salvado, solo, el respeto que la cruz del Valle debe a la Cruz.

No menos humillante, desde un punto de vista puramente político, es que sólo Vox haya alertado sobre la gravedad del proyecto de Sánchez, que forzosamente llevará a los que se proclaman herederos de los profanadores y asesinos del 36, el bloque de socialistas, comunistas y separatistas que llevó al Poder a Sánchez con la ayuda del hampa judicial, a derribar o, al menos, intentarlo, la monarquía parlamentaria. Casado y Rivera, en babia.

Franco no tiene la culpa del PSOE

El trámite es sencillo: se la declara ilegítima, por ser en buena parte producto del franquismo, para eso está la Ley de Memoria Histórica, que consiste en el derecho del Gobierno a imponer a los ciudadanos lo que deben pensar sobre la historia de nuestra nación, que tampoco será ya nación. La ministra de la "información-vaginal-éxito-asegurado", notaria de Ataúdes Sánchez, ya ha anunciado también, excitada y ojiplática tras su hazaña de ultratumba, que piensa modificar el Código Penal y prohibir cualquier tipo de elogio o disculpa del régimen franquista. Antes de que, con la complicidad de Casado y Rivera, lo hagan, que lo harán, quiero decir, como antifranquista que fui cuando estos pelanas sociatas no habían nacido, que lo mejor que hizo Franco fue, sin duda, derrotar al PSOE que declaró la guerra a media España. Como toda tarea humana, no podía ser eterna. Pero cúlpese de su maldita resurrección a los vivos, nunca al muerto. Franco es responsable de muchas cosas, unas buenas y otras malas, pero de la vuelta del PSOE guerracivilista, no.

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