Reforma electoral e incompetencia
PSOE y PP han estado abusando durante lustros de un sistema que, no obstante llamarse proporcional, beneficiaba extraordinariamente a los dos grandes partidos.
En horas veinticuatro han coincidido Sánchez y Casado proponiendo sendas reformas electorales. El líder del PP quiere darle al partido más votado una prima de cincuenta diputados, siguiendo el ejemplo de Grecia. El del PSOE propone que directamente sea nombrado presidente quien encabece la lista más votada cuando no pueda resultar investido por las buenas, lo que removería los pocos incentivos que hoy tiene cualquier candidato para llegar a ningún acuerdo. No sólo, sino que, con cualquiera de las dos reformas, el electorado se vería obligado a renunciar a votar a terceras, cuartas o quintas fuerzas políticas en caso de querer influir en la elección del presidente del Gobierno. Votar a Ciudadanos, Podemos o Vox sería entonces inútil a estos efectos.
PSOE y PP han estado abusando durante lustros de un sistema que, no obstante llamarse proporcional, beneficiaba extraordinariamente a los dos grandes partidos. Ninguno de los dos, tan incapaces de llegar hoy a acuerdos con otras fuerzas políticas nacionales, ha tenido nunca empacho en comprar a precios exorbitantes el apoyo de los nacionalistas y mantenerse así en el poder. Gracias a la protección del sistema, conservaron los apoyos que tenían no obstante sus corrupciones y traiciones. Y ahora que las muchas en las que han caído les han hecho perder buena parte de aquéllos y se ven obligados a negociar con otros partidos, proponen nuevas reformas con el objeto de que al electorado le sea todavía más difícil castigar su mal gobierno.
Encima, si fuera necesario reformar la Constitución, que con la propuesta de Sánchez es indispensable y con la de Casado probable, ¿quién la apoyaría, además de PP y PSOE? ¿No sería necesario hacer concesiones a los nacionalistas para que también la respaldasen? ¿Qué clase de demandas exigirían el PNV, ERC y demás independentistas? ¿Estarían PP y PSOE dispuestos a admitirlas a cambio de las primas electorales que para sí reclaman?
Para bien o para mal, España tiene un sistema parlamentario. Eso supone que a veces tenga que haber Gobiernos de coalición. Si aquí no los ha habido es por los extraordinarios pluses que el sistema regala a los partidos mayoritarios. Si aun así éstos no son capaces de conseguir mayorías holgadas no es por un fallo del sistema, sino por la incompetencia, corrupción y estulticia de sus líderes. Exigir nuevas ventajas y regalías tan sólo ayudaría a prostituir aún más el sistema de lo que ya lo está.
Otra cosa sería abandonar el sistema parlamentario e ir a uno presidencialista. Eso dejaría al Rey sin casi papel institucional que desempeñar, pero se podría estudiar. Sin embargo, hay montones de sistemas parlamentarios que funcionan perfectamente y en los que son frecuentes los Gobiernos de coalición, los acuerdos y los pactos, sin que quienes se ven obligados a suscribirlos se quejen y quieran cambiar las leyes en su beneficio. Dice Sánchez que no funciona el artículo 99 de la Constitución. Lo que no funciona es él, y los que son como él.
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