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EDITORIAL

Murcia: segundo aviso

Vox se juega su supervivencia en la región; y la mejor manera que tiene de asegurársela no pasa por igualarse por abajo con Ciudadanos sino por todo lo contrario.

La sesión de investidura del candidato del PP a la presidencia de Murcia acabó este jueves en fiasco, al no contar Fernando López Miras con el apoyo de los cuatro diputados de Vox.

La decisión del partido de Santiago Abascal de votar en contra se produjo después de una reunión de más de cinco horas entre dirigentes de Vox, PP y Ciudadanos en el propio Parlamento regional. De acuerdo con los asistentes a la misma, el entendimiento en cuestiones programáticas había llegado al 95%, pero los líderes nacionales de Ciudadanos salieron a la palestra para desautorizar la reunión y afirmar, categóricos, que su partido no negocia nada con Vox.

La actitud del partido naranja es injustificable e indignante, pues lo que está en juego no es una cuestión menor sino el color político de una de las pocas autonomías con un proyecto político razonablemente liberal. Ciudadanos puede entenderse perfectamente con Vox, partido con el que comparte muchísimo más de lo que pretende, pero se niega a formalizar un acuerdo y a abandonar su ominoso cordón sanitario contra una formación que de ninguna de las maneras merece ser tratada como una apestada. Vox no es Podemos, Vox no es Bildu, Vox no es como los partidos golpistas que demonizan a Ciudadanos en Cataluña. Rivera lo sabe mejor que nadie, por eso su posición es sangrante e imperdonable.

Lo más estupefaciente es que la alternativa a la investidura de López Miras, encumbrar al candidato socialista, tampoco parece entrar en los planes de un Rivera que se niega a apoyar a candidatos forofos de Pedro Sánchez, como sin duda lo es el líder del PSOE en Murcia. ¿Qué se propone entonces Ciudadanos? ¿Mantener el bloqueo y forzar la repetición de las elecciones? No está Murcia para oportunismos rastreros ni para jugar con fuego.

En cuanto al baqueteado Vox, ha de tener muy en cuenta que si su negativa a investir al candidato popular se traduce finalmente en la entrega de la región a la izquierda, las consecuencias serán devastadoras para todos los murcianos; también para sus votantes, que mantendrán el honor intacto pero se verán igualmente condenados a sufrir las políticas ruinosas y liberticidas del socialismo realmente existente en España. Vox se juega su supervivencia en la región; y la mejor manera que tiene de asegurársela no pasa por igualarse por abajo con Ciudadanos sino por todo lo contrario, por darle una lección de grandeza que no olvide nadie, empezando por los muy mayoritarios electores de centro-derecha en una Murcia que no merece caer en manos del socialismo frentepopulista y que tiene mucho que ofrecer al resto de España como bastión, precisamente, de un modelo liberal alternativo que apueste por la libertad y el desarrollo económico.

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