Andalucía: consecuencias del cambio
Nuestros poetas están preocupados por las consecuencias del cambio político en la Junta de Andalucía.
Nuestros poetas están preocupados por las consecuencias del cambio político en la Junta de Andalucía. Y, como siempre, discrepan sobre qué es lo más importante en este difícil momento de transición. No les adelantamos nada: lean y opinen.
LO QUE HAY DEBAJO
por Monsieur de Sans-Foy
Con muchísimo cuidado,
que la gente igual se infecta
levantando así, de golpe,
unas alfombras tan viejas,
van alzándose del suelo
esterillas y moquetas.
Enumero lo que sale,
por si a alguno le interesa
lo que albergan por debajo,
tras ya casi cuatro décadas:
Cáscaras de langostinos:
dos toneladas y media.
(Los peritos lo confirman:
son autóctonos de Huelva).
Enchufes de todo tipo,
con y sin toma de tierra:
doce mil cincuenta kilos,
todos de corriente alterna,
porque alternan en garitos,
chiringuitos y casetas.
Vestidos de faralaes,
nueve mil seiscientos treinta.
Casi todos con su rosa,
la del puño, en la etiqueta.
Banderas republicanas,
por lo menos, cuatrocientas.
Mil pancartas sindicales,
treinta mil gorritas de esas
con las siglas del Partido...
que le dan al que las lleva
ese toque distinguido
de persona gilipuertas.
Hay también exvotos varios,
que a la Historia le interesan:
un jersey de cuello vuelto
que luciera Alfonso Guerra.
Fotos viejas de Felipe
con la cabellera negra:
mano izquierda, puño en alto,
y la diestra, en la entrepierna.
Hay facturas impagadas,
prebenditas bajo cuerda,
cursos que jamás se dieron,
subvenciones para empresas
que eran cuevas de ladrones,
trapisondas financieras,
pagos con facturas falsas
y razones verdaderas...
Eso sí: no se ha encontrado
ni una pizca de vergüenza.
Pero, en fin... sigan buscando,
que es posible que aparezca.
EL LADO HUMANO
por Fray Josepho
Es usted muy insensible,
muy duro y muy despiadado.
En esto de las alfombras,
¿qué importa lo que hay debajo?
En serio, Mesié, qué importa.
Ni importa ni viene al caso.
Lo que importa en estos días
de giro, mudanza y cambio
es qué va a ser de las gentes
que han de dejar sus despachos.
¿Qué va a pasar con las masas
de sociatas y sociatos
que van a perder las nóminas
por las que tanto lucharon?
¿Qué van a hacer? ¿Dónde irán?
¿A casa de mamá? ¿Al paro?
¿Al bar? ¿A la mala vida?
¿A la calle? ¿A dar sablazos?
¿Van a dedicarse al vicio?
¿O se van a ir al carajo?
¿Quizás algunos y algunas
se arrimen a Ciudadanos?
¿Tal vez vayan a la Iglesia
a confesar sus pecados?
¿O ya, como último extremo,
frenético e insensato,
caigan en la chifladura,
no sé, de buscar trabajo?
La gente, cuando se encuentra
en trances desesperados,
a veces, Mesié, reacciona
del modo más temerario.
Por eso le digo: déjese
de críticas y reparos.
Olvídese ya de alfombras
y de lo que haya debajo.
En estos momentos duros
hay que ver el lado humano
de esas mujeres y hombres
que, sin enchufe y salario,
en las próximas semanas
se van a tomar por saco.
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