Colabora
César Casado Sánchez

Reconstrucción mamaria

La reconstrucción mamaria cobra especial importancia en el contexto de tratamiento integral del cáncer de mama.

Flickr/CC/

El cáncer de mama es uno de los tumores malignos más frecuentes. Afecta a una de cada diez mujeres en España. Hoy día, en el contexto del tratamiento integral del cáncer de mama, junto con la cirugía oncológica (resectiva) y las técnicas adyuvantes (quimio y radioterapia), cobra especial importancia la reconstrucción mamaria.

Entre las técnicas de reconstrucción mamaria destacan las que emplean el tejido de la propia paciente, siendo la mejor alternativa la técnica DIEP (esta palabra es un acrónimo de Deep Inferior Epigastric Perforator, Perforante de la Epigástrica Inferior Profunda).

Esta alternativa, basada en complejas técnicas de microcirugía vascular, permite realizar la transferencia del tejido graso y cutáneo(en función de lo que necesite la paciente) desde el abdomen, al tórax, uniendo los vasos sanguíneos que nutren el tejido que tomamos del abdomen a otros ubicados bajo las costillas en el tórax, para permitir que el tejido sobreviva, y sin dejar secuelas funcionales en el territorio donante abdominal, tan solo una cicatriz similar a la que se realiza en una abdominoplastia cosmética.

Es reconocida como la mejor opción en reconstrucción mamaria, ya que no asocia los inconvenientes asociados al empleo de prótesis mamarias y aporta mayor naturalidad que éstas. Proporciona resultados estables y duraderos en el tiempo, con características excelentes en términos de textura, volumen, simetría y envejecimiento respecto a la mama sana, siendo compatible con el tratamiento curativo. Puede realizarse en el mismo tiempo que se realiza la mastectomía, o en pacientes previamente mastectomizadas.

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